La chica del tren: ¿Qué pasó anoche?

Se esta comparando Perdida con La chica del tren cuando “es comparar a Dios con un torero”, pues puede que haya una similitud en su ¿espectacular? giro dramático, pero comparar el estilo y la meticulosidad de David Fincher, con la plana puesta en escena de Tate Taylor (I Feel Good: La historia de James Brown) son palabras mayores. La chica del tren es un producto de rápido consumo, basado en una novela superventas, que entretiene en su conjunto pero que si lo analizamos fríamente es bastante vulgar, tramposo y malo. Emily Blunt (Las crónicas de Blancanieves: El Cazador y la Reina del Hielo), rodeada de una buena plana de secundarios guapos y guapas, es la cabeza de cartel de La chica del tren.

Emily Blunt en La chica del tren

Emily Blunt en La chica del tren

Una divorciada que empina el codo demasiado, empieza a fantasear con lo que ve a través de la ventana del tren en el que viaja cada mañana a su trabajo. En su viaje ve a su ex marido con su nueva mujer. También vigila a una pareja de vecinos muy fogosa. Pero un día la mujer de la pareja fogosa esta en manos de otro hombre, y acto seguido desaparece sin dejar rastro. Este misterio será resuelto entre fantasías y “pedos de hospital” por la divorciada. Basada en al novela homónima de Paula Hawkins, La chica del tren es un entretenimiento confuso y algo tramposo, tan olvidable como predecible. Hay exceso de tramas secundarias y personajes secundarios, en especial las que engloban a la amiga de la protagonista y al psicólogo. ¿dónde estas estos personajes el resto de la película? y por no hablar de un personaje interpretado por una conocida actriz de televisión que sale dando casi la pista o clave para solucionar el enigma.

Taylor es un director con un puesta en escena muy sosa, de hecho hay momentos que parece que estamos ante un telefilm de sobremesa. No sabe sacar jugo a una historia que cualquier otro solo con la puesta en escena hubiera engatusado a cualquier espectador. Tampoco ayuda que todo parezca igual, es decir, a pesar de tener varias localización parece que solo vemos cuatro en pantalla. Las casas parecen todas iguales. Es como si en una localización hubieran simulado todas. Y el recurrente plano del túnel también da sensación de dejadez por parte del director.

Haley Bennett en La chica del tren

Haley Bennett en La chica del tren

Sin duda lo mejor de la cinta es Emily Blunt. La actriz inglesa consigue transmitir ese estado de alcoholismo constante donde no sabemos diferenciar muy bien si lo que ve es real o fruto de su borrachera. Esto también influye a la hora de presentarnos pistas trampas, algo que algunos espectadores suelen repudiar. La sorpresa de la cinta recae en la nueva estrella de Hollywood, Haley Bennett (Los siete magníficos), quien encandila a la platea con su belleza y su mirada. Tampoco esta nada mal Rebecca Ferguson (Misión: imposible – Nación secreta) de rubia. Esta actriz sueca se esta convirtiendo poco a poco en una de la secundarias imprescindibles del cine americano. Peor suerte corren los actores masculinos de la cinta: Justin Theroux (Zoolander 2) no sabe jugar su baza, Edgar Ramírez (Joy) esta fatal de psicólogo (atentos a sus salidas de tono en español) y Luke Evans (High-Rise) parece que esta en otra película.

En resumen, La chica del tren es un thriller que no llega aburrir gracias a la cantidad de giros, muchos de ellos sucios y tramposos. Teniendo en cuenta el tirón comercial de la novela, se esperaba mucho más de ella. Quizá con un director con algo más de personalidad, nos hubiéramos encontrado con algo mucho mejor.

Lo mejor: Emily Blunt.

Lo peor: La nula puesta en escena de Taylor.

Puntuación: 4/10

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