Últimamente en el cine de acción parece que cuanto más grande, más loco y más surrealista sea la acción, mejor. Así tenemos ejemplos como Fast & Furious 7 o Mad Max: Furia en la carretera. Pero lo bueno es que alguna vez, muy de vez en cuando, los blockbusters saben que al público también se le gana con historias maduras, trabajadas y que consigan enganchar. También tienen sus escenas de acción, pero parecen tan posibles de hacer que te las crees. Y eso es lo que trae Misión Imposible: Nación Secreta, quizás la más madura y las más trabajada de toda la serie. Hay que agradecer que la saga retomara las líneas de la primera, porque la aberración de John Woo pudo costar caro. Pero J.J. Abrams (Star Trek: En la oscuridad), en la producción, y Tom Cruise (Oblivion), protagonizando, no iban a permitir.
Tom Cruise en Misión: imposible: Nación secreta
La serie de Misión Imposible ha ido aumentando la calidad desde la tercera entrega. Misión Imposible: Protocolo Fantasma sirvió para devolver en todo su esplendor la autoridad que esta saga merece. Y parecía imposible superarlo, pero no hay misiones imposibles para el Sr. Cruise. Tras rodar Al filo del mañana, el veterano actor decidió que tenía que retomar la saga que le catapultó como héroe de acción. Así fichó él mismo a Christopher McQuarrie (Jack Reacher) en la dirección y en el guión. McQuarrie ha sabido devolver a la saga la intriga de la primera entrega, la acción de Protocolo Fantasma y una historia digna del mejor cine de espías. Y es que la historia atrapa. No te suelta en ningún momento, y sólo ves que lo hace cuando empiezan a aparecer los títulos de crédito finales.
Y es que McQuarrie ha sabido introducir, quizás como hizo J.J. Abrams en la tercera, a uno de los mejores villanos que se recuerdan en la saga. Y no sólo a un villano, sino a una organización que hará que el término misión imposible sea una realidad. La aparición de El Sindicato es un punto de inflexión. Es una organización preparada para todo. Saben encontrar, torturar y matar. Su jefe no se apiada de nada y los giros de guión te mantienen con la boca abierta en más de una ocasión. Y eso por no hablar de las escenas de acción. El avión, la persecución en coche y en moto son ya clásicas en la saga gracias a esta quinta entrega. McQuarrie se ha convertido en un hombre a tener en cuenta a la hora de rodar acción.
Rebecca Ferguson y Tom Cruise en Misión: imposible: Nación secreta
Además, Tom Cruise no ha perdido su gracia. El actor sigue demostrando que puede con todo lo que le echen. Y está arropado por grandes nombres como Simon Pegg (Bienvenidos al fin del mundo), Jeremy Renner (Vengadores: La era de Ultrón) y Ving Rhames (Pulp Fiction) vuelven a despuntar como los compañeros perfectos de nuestro héroe. A ellos se suman con gran acierto Rebecca Ferguson (Hércules), chica muy sexy pero de armas tomar, Alec Baldwin (Siempre Alice) y Sean Harris (Serena) como el villano de la cinta, un auténtico acierto. Pero también es cierto que la cinta tiene en muchos momentos zonas de deja vú. En muchos tramos la cinta es la chica parece buena, la ayudamos nos la lía pero seguimos confiando. Así como tres veces, lo que hace que pensemos que las ideas no estaban demasiado frescas. Tampoco un poco menos de duración hubiera estado bien, que 135 minutos son largos, aunque la cinta se haga larga.
En definitiva, Misión Imposible: Nación Secreta es una gran película de acción e intriga. Consigue mantenerte atento a todo lo que pasa en la pantalla por si te pierdes algo que es fundamental para historia. Y es de agradecer que no se les haya ido de las manos con las escenas de acción, pues todas las que se ven aquí son bastante creíbles. Mientras la línea de la saga sea esta, yo seguiré aceptando las misiones.
Lo mejor: La historia que consigue atrapar y las escenas de acción.
Lo peor: Alguna sensación de déjà vu y que podría haberse acortado.
Puntuación: 8/10
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