High-Rise es la mejor película de lo que va de año. No hay dudas. Ben Wheatly (Turistas) consigue construir desde sus cimientos, la novela homónima de J.G. Ballard, una película desquiciante, perturbadora, asfixiante y perfecta. Porque High-Rise es una obra maestra con todas las letras, quizás ahora mismo no se reconozca como se deba, pero seguramente termine convirtiéndose en una cinta de culto, de esas que crean escuela. Pocas veces una cinta consigue mantenerme en la butaca durante dos horas sin necesidad de saber la hora o cuanto lleva de película. Y es que todos los pisos de High-Rise están perfectamente ensamblados y, a pesar de que dura algo más de lo necesario, la historia cautiva, sus personajes convencen y su locura hacen que tú también seas participe de ello. High-Rise es una joya.
High-Rise consigue realizar una cosa perfecta, que es colocarnos en el lugar de Laing, nuestro protagonista. En ningún momento nos cuenta que sucede dentro del edificio y quienes son los residentes que encontramos en él. A cada paso que da Laing lo damos con él, así vamos conociendo los diferentes pisos y a sus inquilinos, y así descubrimos que el rascacielos se divide en diferentes pisos y ocupados por inquilinos de diferente nivel adquisitivo. Los pisos bajos ocupados por los miembros pobres/medios y los altos por lo ricos. Todos ellos comandados por el arquitecto, Royale, que es el encargado de diseñar el edificio y los colindantes a él. Pero como todo, el edificio tiene sus fallos. Siempre se va la luz en los pisos bajos, siempre son los últimos en decidir las cosas y no tienen accesos a ciertas propiedades. Y así es como se desencadenada la guerra en vertical por el poder.
Al principio del todo no hay problemas, pero a medida que la batalla va creciendo en intensidad, una situación trágica dará un giro de 360º. Y así es como se dividirá definitivamente el rascacielos. Será en estos momentos cuando finalmente seamos Laing. Nos volvamos locos queriendo desentrañar que sucede en el edificio, de que bando situarnos y sobrevivir a un caos desquiciadamente perfecto. Y es High-Rise sabe jugar perfectamente con el tiempo de la narración. En ningún momento puedes quitar la vista de la pantalla o despistarte, pues una conversación, una imagen o una acción de nuestros protagonistas podrían ser cruciales. Por no hablar de la banda sonora que acompaña, que en más de una ocasión nos habla directamente. Como ejemplo sólo poner el S.O.S de Abba versionado por Portishead, que parece en más de una ocasión pedirnos a nosotros mismos que vayamos en la ayuda, pero es imposible, el edificio está perdido.
Y está perdido como el destino de nuestros personajes. Laing, interpretado por Tom Hiddleston (La cumbre escarlata), se pierde al ritmo que todo se va a al traste en el edificio y es nuestro guía en todo momento. El actor convence en todo momento, dejando en más de una ocasión escenas de auténtico primera clase. Sienna Miller (El francotirador) como femme fatale está convincente. Pero sin duda todas las alabanzas deberían ser para Luke Evans (Drácula: La leyenda jamás contada). El actor inglés se come la pantalla en cada aparición sin dejar nada al resto. Su poderío con el personaje lo convierten en uno de los mejores de la película, con él comienza y termina la batalla por el edificio, una batalla que sólo ganará quién más fuerte esté. Y aunque todo es perfecto en High-Rise, lo único negativo es que quizás dure algo más de lo necesario y esos minutos de más simplemente sean para delicia de Wheatly y la violencia gratuita.
High-Rise es una obra maestra. Consigue atraparte desde el inicio y no te suelta hasta el final, haciendo la experiencia perfecta. Este edificio no es para todos los paladares, pero quienes sepan caer en sus redes lo agradecerán. Es desde ya, una de las mejores películas del año sin discusión, y espero que ahora lo sea para muchos más espectadores. High-Rise es una joya pulida y perfeccionada. Imprescindible.
Lo mejor: Todo, es una maravilla hecha película.
Lo peor: Quizás dure algo más de lo necesario, pero es una simple minucia.
Puntuación: 9/10