Jurassic World: Dominion: Desastre prehistórico

“Quien mucho abarca poco aprieta” dice el refranero popular español, y esta misma sabiduría se la podemos aplicar al último capítulo (tercero de esta nueva trilogía) de la saga Jurassic Park, titulado para la ocasión Jurassic World: Dominion. Colin Trevorrow (Jurassic World), cabeza responsable de esta nueva trilogía, vuelve a la silla de director y trae de vuelta a las míticas estrellas de la cinta original de 1993, Jeff Goldblum (Isla de perros), Laura Dern (Historia de un matrimonio) y Sam Neill (Peter Rabbit 2: A la fuga) para acompañar a Chris Pratt (Onward) y Bryce Dallas Howard (Rocketman) en este fin de fiesta que prometía mucho más de lo que realmente es.

Bryce Dallas Howard, Jeff Goldblum, Laura Dern, Sam Neill y DeWanda Wise en Jurassic World: Dominion

Bryce Dallas Howard, Jeff Goldblum, Laura Dern, Sam Neill y DeWanda Wise en Jurassic World: Dominion

Tras los hecho acontecidos en Jurassic World: El reino caído, los dinosaurios campan a sus anchas por el mundo. Y así se nos informa, a manera de noticiario, en el prólogo de Jurassic World: Dominion. Un secuencia de lo más atrayente que nos hace entrar de lleno en una propuesta que minutos después decide ir por otros caminos mucho menos interesantes e incluso reiterativos. Sin desvelar mucho más de la trama, apuntaremos que regresa un personaje del original de 1993 como un villano descafeinado y fetichista (ese bote le delata). También regresa otro que sirvió de enlace entre ambas trilogías y que parecía un villano de manual y aquí se queda en un personaje “triste”. Y la historia que prometía dinosaurios en la gran ciudad se queda en una ¿aventura? otra vez en un sitio acotado. Tampoco ayuda el exceso de personajes (que vuelva a salir Omar Sy (Lupin), entre otros, es totalmente gratuito) y tramas (todo ese mercado negro en Malta no le saben sacar partido) que no llevan a ningún sitio. Han querido complicar la historia para hacerla un poco más sofisticada y al final se les ha ido completamente de tono. Tampoco ayuda que la cinta se alargue hasta los 146 para, en su tramo final, repetir lo mismo de la cinta original y la de 2015. Una pena.

Trevorrow, en su faceta como director en esta secuela, tampoco está muy acertado. Tiene grandes momentos como el citado prólogo, la secuencia por las calles de Malta o incluso todo lo que acontece en un avión, pero en general parece una película donde Colin ha puesto el piloto automático. Si, hay muchos homenajes a la película original de 1993 pero ya los había hecho en la primera entrega, en 2015. Aquí se vuelven a repetir y los que “homenajean” nuevamente, ya esta muy usados (Dern levantándose en un coche quitándose la gafas mientras mira asombrada, por citar uno). Una pena, pues Jurassic World: Dominion tiene planos de película de arte y ensayo como aquel donde Pratt doma un parasaurolophus a contraluz o aquel donde unos caballos cabalgan entre dinosaurios, que parecían dar un buen empaque al producto, pero no.

DeWanda Wise y Chris Pratt en Jurassic World: Dominion

DeWanda Wise y Chris Pratt en Jurassic World: Dominion

Esta pereza que pasa del guión a la dirección también salpica a otros departamentos como el de vestuario. Si, un departamento que pocas veces mencionamos (y en general suele ser para bien). Aquí es un auténtico desastre. Arrancamos bien, con Dern emulando el modelito original de cuando pisó el parque de John Hammond hace tres décadas, pero conforme avanzan los minutos parece vestida por un daltónico, y la palma se la lleva en una secuencia cercana al final compartiendo bochorno con Neill, en lo que puede ser un vestuario cercano a los payasos de la tele. Pero si nos fijamos en el resto del reparto también hay modelos que hacen daño a la vista, como la chaqueta que luce la joven protagonista de la cinta, Isabella Sermon, en su última secuencia, todo un “cuadro”.

Mejor suerte corre el compositor Michael Giacchino (The Batman) quien vuelve a reciclar partituras del pasado con material nuevo que queda estupendo acompañando a las imágenes. Una vez, citaremos la persecución por Malta, quizá la escena más inspirada del toda la película en todos los sentidos (y un cierto homenaje a Indiana Jones).

Es una pena que Jurassic World: Dominion parezca más una película coral que una cinta de aventuras con un protagonista y varios secundarios. Pratt vuelve a demostrar, una vez más, que sería el mejor sustituto para Ford para la saga Indiana Jones. Dallas Howard pierde bastante presencia a pesar de ser de las que más minutos está en pantalla. De las viejas glorias que recuperan para este capítulo, mejor les remito al párrafo del vestuario, transmiten lo mismo. Se les trae para evocar a la nostalgia pero en algunos momentos dan un poco de vergüenza. Y sobre la nueva incorporación a la saga, DeWanda Wise (Más dura será la caída), apuntar que es guapísima, que tiene un personaje muy molón, y que ella intenta sacar el máximo partido de ello, pero está prácticamente eclipsada por tanto personajes.

BD Wong en Jurassic World: Dominion

BD Wong en Jurassic World: Dominion

Minutos antes de acabar la película hay un plano de la cabina de una helicóptero con 8 personajes apiñados en ella. Este plano resumen muy bien Jurassic World: Dominion, demasiados personajes y sus historias para algo que apuntaba sencillo desde la entrega anterior. Una pena que no hayan aprovechado las buenas ideas de su prólogo y hayan querido hacer algo ¿más sofisticado?. El caso es que tener muchos dinosaurios pegándose en pantalla y gente corriendo alrededor no siempre es sinónimo de buen entrenamiento.

Lo mejor: Todo lo que acontece en la ciudad de Malta.

Lo peor: El guión.

Puntuación: 2/10

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