El conejo más travieso de la gran pantalla, con permiso de Bugs Bunny, está de vuelta en Peter Rabbit 2: A la fuga, secuela directa del taquillazo de 2018 que dirige Will Gluck (Annie (2014)), realizador de la primera entrega. Basada nuevamente (y libremente) en los cuentos de Beatrix Potter, Peter Rabbit 2: A la fuga pierde su factor sorpresa y nos cuenta una historia más rutinaria pero igual de entretenida que su predecesora. Repiten Rose Byrne (Un plan irresistible) y Domhnall Gleeson (Star Wars: El ascenso de Skywalker), ahora como el matrimonio McGregor, mientras que a conejo animado tiene la voz en nuestras fronteras de Dani Rovira (Los Japón). Se apunta en esta secuela a poner voz a otro conejo animado más sabio, el mítico cómico Leo Harlem (A todo tren. Destino Asturias).
Bea y Thomas se han casado. Una editorial propone a Bea una serie de libros basados en Peter y su familia. Peter comienza a plantearse su existencia y empieza a frecuentar malas compañías. Estas son las premisas de Peter Rabbit 2: A la fuga, que precisamente originales no son, y como ya conocemos a los personajes y sus conflictos, la historia pierde algo de gracia. Pero aun siendo un tema trillado y conocido la cinta vuelve a ir como un tiro y sus 93 minutos pasan volando. Una vez más la peleas entre Thomas y Peter son lo más plausible de este argumento mucho más infantil que el de la primera entrega. Ni que decir tiene que, si esta secuela tiene éxito, la puerta queda abierta a muchas aventuras.
Gluck es un tipo muy gamberro como denota su dirección. Aunque esta vez quizá se note más el truco que en la anterior entrega, y es que el abuso de CGI más allá de los animales parlantes hace que todo el conjunto, en algunos momentos, de la sensación de poco trabajado o mal acabado. Al igual que la anterior entrega hay que alabar el trabajo de Gluck a la hora de rematar los chistes. El de tren es un gag estupendo y muy gracioso (muy en la línea de Padre de familia) y por supuesto la escena con la que arranca la cinta, que nos recuerda mucho al «let motive» de la primera entrega es fantásticas. Lastima que al igual que el guion la dirección también sorprende menos que en el original.
Una vez más Domhnall Gleeson demuestra tener una vis cómica que Hollywood parece no querer terminar de explotar. Sus momentos con Peter (ya sean peleas o momentos más serios) son estupendos. Byrne está desaprovechada. Tiene muchos menos momentos que en la cinta anterior, y es que aquí parece que la familia coneja y sus secuaces tiene mucha más presencia que en el original. Respecto al doblaje en castellano, hay ciertas voces que no terminan de encajar bien del todo. Esto ocurre principalmente con Leo Harlem, al que Sony parece querer meternos en todos sus productos sí o sí.
En resumen, Peter Rabbit 2: A la fuga es una cinta inferior a la primera pero principalmente porque ya nos sorprende como el original. Que la aventura se centre mucho más en los animales parlantes hace que pierda algo de garra para el público que suele acompañar a los infantes, que son quienes realmente se la van a gozar.
Lo mejor: Los momentos de Gleeson con Peter.
Lo peor: El CGI en algunos momentos es tan artificial que te saca de la película.
Puntuación: 5/10