El cada día más sobrevalorado Tom Hooper (Los miserables) dirige La chica danesa, la historia real de primer hombre que se cambio de sexo y se convirtió en mujer. A priori puede resultar una propuesta interesante y emocionante pero el resultado es un tostón de casi dos horas donde todo esta tan preparado para recibir premios que resulta chirriante. Eddie Redmayne (El destino de Júpiter) tiene la difícil tarea de interpretar al chico que quiere ser chica, mientas que la sorprendente Alicia Vikander (Ex machina) interpreta a su comprensible mujer.
Einar Wegener (Redmayne) es un pintor con una reputación impecable en Dinamarca. Por otro lado esta su mujer Gerda Wegener (Vikander), también pintora, que no consigue encontrar su estilo. Un día a Gerda le falla su modelo y Einar se viste de mujer y posa para ella. Desde ese momento su relación cambiará para siempre. Esta sinopsis pinta bien, pero esto ocurre en sus primeros minutos, luego la película se dedica a retratar la historia de una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre (no se profundiza en el porqué de ello) y otra mujer que ve como pasa de esposa a fiel amiga. El protagonista consigue su meta y fin de la película. Hay más personajes y relaciones pero no se explotan, parece que al guionista no le interesaba. Hay dos relaciones paralelas que no quedan claras del todo, parece como que el director espera que el espectador profundice y se meta en la piel de los personajes y entienda sus acciones, algo que no se consigue ya que todo resulta bastante frío.
Como apuntaba en la introducción Hooper es un directo muy sobrevalorado. No encuadra mal, sabe sacar provecho de todo su material, pero aun así resulta bastante soso y aburrido. La chica danesa es una película que en manos de otro director quizá hubiera resultado más emocionante. Y es que Hooper no consigue transmitir el desasosiego de ese hombre por ser mujer, ni siquiera en los momentos finales (los más duros), consigue que nos importe algo lo que esta sucediendo. Lo que si consigue La chica danesa es trasladarnos a la Dinamarca y al París más “cooltureta” de principios del siglo XX. Es una película muy preparada para recibir premios y la ambientación y el vestuario están muy cuidados.
Indudablemente el trabajo de Redmayne es impecable, pero no consigue que nos metamos en su situación. Si nos creemos que pase por mujer pero no somos capaces empatizar con él. En ese aspecto Vikander parece que si lo consigue, aunque su personajes juegue al despiste durante todo al argumento (ahora entiendo a mi marido, ahora no lo entiendo). También se pasean por la cinta Matthias Schoenaerts (Lejos del mundanal ruido) y Ben Whishaw (Spectre), en unos papeles que no terminan de cuajar. El primero no entendemos muy bien a cuento de que entra en escena, y el segundo a pesar de su justificación aparece al principio y al final, sin mucho interés para el espectador (cuando quizá si lo debería tener).
En resumen, La chica danesa es una aburrida película tan preparada para arrasar en los premios que resulta molesta, sosa y distante. Ni el interesante trabajo de los protagonistas principales consigue que nos enganchemos a una trama donde, a grande rasgos, no pasa nada interesante tras su planteamiento.
Lo mejor: Alicia Vikander y la ambientación de la cinta.
Lo peor: No termina de interesar su argumento y no emociona.
Puntuación: 3/10