La ciencia ficción siempre ha sido un género que se ha visto relegado, en muchas ocasiones, a género menor por académicos e industria. Pero somos muchos los fans que llevamos pidiendo a voces que el género sea considerado con más categoría. Y ahora más, pues hay cineastas que consiguen que sus películas sean realmente apoteósicas. Denis Villeneuve (La llegada (Arrival)) es uno de ellos. Su cine, alternando entre ciencia ficción y un cine más realista, ha cautivado a todos. Desde Incendies, pasando por Enemy o esa obra de arte llamada La llegada (Arrival). Pero le llegó el más difícil todavía, realizar la secuela de Blade Runner, obra de culto entre los fans del género y del cine en general. Pero Denis Villeneuve ha vuelto a demostrar que no hay reto que pueda con él. Blade Runner 2049 es un clásico contemporáneo que, cómo las mejores obras, el tiempo la colocará en el lugar que se merece. Es una obra apoteósica, enorme, visualmente apabullante y con un sonido que estremecerá hasta el último de los pelos del cuerpo. Puede que no supere a la original, pero la cinta será, como he dicho, un clásico de nuestros días.
Blade Runner 2049 debe ser analizada sin tener un antecedente detrás. Es una película nueva, con una historia que se asemeja a la anterior, pero que quiere contar algo nuevo, que quiere ser ambiciosa. Si Blade Runner hablaba sobre la identidad, de quienes éramos y de plantearnos nuestra propia naturaleza de ser humano o quizás replicante, Blade Runner 2049 difiere de ese camino para centrarse en quienes somos, que es lo que queremos del mundo y de la soledad. Sí, Blade Runner 2049 aborda el tema de la soledad desde un punto de vista muy sutil, duro y que dejará alguna cicatriz. Hablo de la soledad porque en Blade Runner 2049 nuestro protagonista está solo, vive solo con un holograma y las únicas muestras de cariño son de este holograma. Pero el tema que sigue tratando Blade Runner 2049 es el de quienes somos y la sociedad en la que vivimos. Lo único que no se ve demasiado bien es la ciudad en la que nos encontramos, en la anterior todo respira pobreza, respiraba suburbios. Ahora respiramos tecnología, futurismo y eso es un cambio que puede cambiar la lectura.
Pero lo que no cambia es la sofisticación con la que Denis Villeneuve cuenta las historias. El director en todo momento te hace partícipe de la película, no abusa de nostalgia y tampoco abusa de sobre explicaciones inútiles. Villeneuve es sutil, no mostrará más de lo necesario, y cuando lo hace no es provocador, sino que se mantiene al margen, dejándonos ver, quizás, algo atroz. Y hay una secuencia que refleja perfectamente la sutileza, la manera de dirigir y como son las historias de Villeneuve, y es una secuencia muy íntima, que no puedo detallar, pero que cuando la vean lo descubrirán. Y eso mismo pasa con la utilización de los colores. Puede que Blade Runner 2049 sea la cinta más cromática del director, en especial en su tramo final, donde vemos naranjas fundirse con azules, o azules fundirse con blancos. Todo ello por una estética que deja boquiabierto. Cada plano, cada iluminación debería estudiarse en escuelas de cine, porque de verdad, es algo portentoso lo que ha conseguido Roger Deakins a nivel visual pasará a la historia.
Y no hay que olvidarse de los actores. Todos ellos están excepcionales. Ryan Gosling (La ciudad de las estrellas: La la land) le viene mejor que nunca su expresión acartonada y que parece no trasmitir mucho para una cinta en la que se pide eso, ser ambiguo. El actor es puro físico, y desde el minuto uno no parará de correr, disparar, pegarse e incluso sobrevivir a las situaciones más inverosímiles. Pero quizás, el gran aplauso del film, es Ana de Armas (Knock Knock). La actriz hispanovenezolana da un recital de ternura, amor, cariño y sensualidad que no esperábamos ver (yo no apostaba demasiado por ella) y en cada plano que aparece hace suya la cinta. Quizás se deba a que Villeneuve también es un gran director de actores, pero la actriz sorprende gratamente. Harrison Ford (Star Wars: Episodio VII: El despertar de la fuerza) sigue demostrando que puede hacer frente a los jóvenes. Pero es que el elenco femenino es único: Mackenzie Davis (Amigos de más) y Sylvia Hoeks (La mejor oferta) dan un recital en todos los aspectos, y la segunda, da incluso miedo.
En definitiva, Blade Runner 2049 es un prodigio, un clásico contemporáneo de la ciencia ficción. Pero sabe ser una secuela, siendo, a la vez, totalmente diferente. No abusa de la nostalgia, es visual y sonoramente única. Hará las delicias de los que la estaban esperando y deja una cosa clara: Denis Villeneuve es uno de los mejores directores de la actualidad, sino es el mejor ya.
Lo mejor: Visualmente apabullante. Dirección, interpretación, música…
Lo peor: No es apta para todos, es una cinta que debe degustarse pausadamente.
Puntuación: 10/10