Enemy: La fascinante mezcla de Saramago y Villeneuve

José Saramago y Denis Villeneuve (Incendies). Qué mezcla tan fascinante. El primero es uno de los grandes escritores de las últimas décadas y su pérdida en 2010 supuso un duro golpe para las letras mundiales. El segundo es un cineasta obsesivamente personal que ya merece una decidida atención con apenas seis largometrajes, y siendo Enemy en realidad el tercero que sobrepasa fronteras y llega hasta un público más extenso. Este filme, adaptación de la novela El hombre duplicado, brilla con destellos que nacen en los dos grandes nombres que hay detrás de la rebautizada obra, incluso sin haber leído el libro. Lo subversivo y perverso de la idea, la de un profesor de historia que encuentra a un actor físicamente idéntico a él hasta en el más mínimo detalle, unido a un fascinante estilo visual.

Mélanie Laurent y Jake Gyllenhaal en Enemy

Mélanie Laurent y Jake Gyllenhaal en Enemy

Lo que plantea Enemy es un thriller psicológico e introspectivo. Es un inquietante y perturbador viaje por la mente, que bordea los límites del terror, por las obsesiones y por el autoconocimiento de dos personajes muy concretos que comparten aspecto físico y que son casi reflejos opuestos. Su apuesta es por imágenes cuidadas y oníricos que ahondan en esa sensación, que llega al extremo en el final del filme, uno de los más arriesgados, potentes y aterradores que se han visto en el cine moderno. Y quizá todo eso lleve a la película a unos terrenos casi experimentales que no satisfagan a todo tipo de espectadores. Pero incluso éstos, incluso quienes rechacen un filme tan extremo, tendrán que admitir el enorme impacto que genera el filme. Enemy es una de esas películas que perduran en la mente. Por uno o por muchos motivos, pero perduran.

Sería fácil buscarle referencias entre lo más sórdido de David Lynch (como en Mulholland Drive) o lo más físico y psicológico de Stanley Kubrick (su Eyes Wide Shut). Pero quizá lo mejor es prescindir de cualquier referencia, incluso de la sinopsis, y dejarse llevar. El arranque de la película es tan poderoso que ya desde ahí es terriblemente fácil caer en sus garras para no salir nunca, incluso con la impresión de que hay algunos altibajos en su tramo central que impiden que la película sea absolutamente redonda, como le sucedió con los últimos minutos de la igualmente absorbente Prisioneros. Pero ha dejado tanto en el camino que la valoración sigue siendo entusiasta. Hay mucho de enorme valor en lo temático, en la forma en la que Villenueve plasma el miedo, la curiosidad, la sorpresa, la personalidad del hombre y de la mujer, las obsesiones.

Jake Gyllenhaal e Isabella Rossellini en Enemy

Jake Gyllenhaal e Isabella Rossellini en Enemy

Y el director pone su sello creando una atmósfera impresionante. Por la fotografía de aspecto avejentado de Nicolas Bolduc (Rebelde (War Witch)) o por la asfixiante música de Danny Bensi y Sander Jurrians (ambos en Martha Marcy May Marlene), pero sobre todo por su creación de planos formidables. Y por su dirección de actores. Jake Gyllenhaal (Sin tregua) es uno de los intérpretes que mejor transmite desasosiego, y su triunfo en Enemy está en que consigue hacerlo por partida doble y desde motivaciones prácticamente opuestas. Hace dos personajes y se nota que son diferentes. No hacen falta detalles visuales más o menos obvios (el anillo) para darse cuenta del salto entre uno y otro. Igualmente difícil es sustraerse al imprescindible complemento que suponen para ambos las dos mujeres de sus vidas, la firme Mary (Mélanie Laurent (Ahora me ves…)) y la temerosa Helen (Sarah Gadon (Cosmópolis)).

Enemy termina después de 90 minutos (una drástica, necesaria y agradecida reducción con respecto a las más de dos horas y media de Prisioneros y los casi 140 minutos de Incendies), pero sólo en la pantalla. La película sigue en el recuerdo porque es interpretable y debatible, pero sobre todo hipnótica. Fascinan sus personajes, sus técnicas cinematográficas, sus sonidos, su historia, sus imágenes… y resuena en nuestro propio subconsciente. ¿Qué haríamos nosotros en esa situación? A esa pregunta intenta responder Villeneuve con la idea de Saramago. Si va a responder con su cine a las preguntas que se plantee con la misma maestría, el de Villeneuve es un nombre a apuntar y subrayar en rojo porque capacidad le sobra para ser uno de los directores más fascinantes de nuestro tiempo.

Puntuación: 8 /10

Ficha artística y técnica

Canadá y España. Dirección: Denis Villeneuve. Interpretes: Jake Gyllenhaal (Adam / Anthony), Mélanie Laurent (Mary), Isabella Rossellini (Caroline), Sarah Gadon (Helen). Guion: Javier Gullón, basado en la novela “El hombre duplicado”, de José Saramago. Producción: Niv Fichman y Miguel A. Faura. Música: Danny Bensi y Saunder Jurrians. Fotografía: Nicolás Bolduc. Montaje: Matt Hannam. Diseño de producción: Patrice Vermette. Vestuario: Reneé April.

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  1. Nightcrawler: Apatrullando la ciudad · Cine y Comedia - […] igual todo. Además, la oscura atmósfera, las situaciones y la interpretación de Jake Gyllenhaal (Enemy) hacen que la película…

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