Han pasado 36 años desde que Tony Scott (El fuego de la venganza) firmará su segunda película gracias a un estilo visual a medio camino entre el videoclip y el anuncio más impactante. Han pasado 36 años desde que Tom Cruise (Misión: Imposible – Fallout) hiciera su primera película para Paramount Pictures, el estudio que hoy se considera su segunda casa. Han pasado 36 años desde que una generación entera quería tener una Kawasaki, unas Ray Ban “de pera”, y un cazadora de cuero forrada de parches militares. Han pasado 36 años de Top Gun (Ídolos del aire), la cinta que en 1986 fue número 1 en taquilla a nivel mundial, que consiguió que las solicitudes para alistarse en la armada americana aumentaran un 500%, y que recibió el Oscar a la mejor canción original. Ahora nos llega su secuela, Top Gun: Maverick, que va intentar emular el éxito de aquella en todos los sentidos. El talentoso director Joseph Kosinski (Héroes en el infierno) toma la riendas del difunto Scott y dirige con estilo a la gran estrella de la función, Tom Cruise, a quien le secundan figuras como Jennifer Connelly (Alita: Ángel de combate), Miles Teller (Demasiado viejo para morir joven), Jon Hamm (Una canción irlandesa) o el emblemático Ed Harris (La hija oscura).
Maverick se niega a jubilarse y sigue siendo un piloto de “espíritu libre” que trae de cabeza a la Marina Norteamericana. Sigue obsesionado con la muerte de su compañero Goose y es por ello que está pendiente del hijo de este. Por un motivo que no revelaremos tendrá que regresar a la academia militar Top Gun y ponerse al frente de un ¿último encargo?. La estructura narrativa del guión es, básicamente, la misma que la de la cinta de 1986, pero en sus últimos 15 minutos se convierte en una locura muy divertida. A diferencia de su predecesora se han perfilado un poco más los personajes, se ha prescindido del rollito gay que desprendía aquella, y las tramas amorosos se han convertido en material, muy divertido, para todos los públicos. El guión, sin ser novedoso, ofrece la parte de nostalgia necesaria para enganchar a los espectadores que vieron surcar los F-14 hace más de tres décadas (estamos ante una «versión Cobra Kai» de los ídolos del aire) y una trama para atrapar a las nuevas generaciones con una misión más digna de un videojuego que de una historia cercana a la realidad. El guionista y director Christopher McQuarrie (Jack Reacher), amigo personal de Cruise, es quien se ha encargado de los últimos retoques de guion.
Top Gun: Maverick arranca igual que la cinta original a nivel de imagen y sonido. Es el principal homenaje que Kosinski quería hacer al hermano de Ridley. Después de eso la cinta coge entidad propia tomando como referencia la propuesta de Tony pero llevada al extremo. Kosinski nos muestra unas tomas aéreas espectaculares donde los grandes angulares nos enseñan prácticamente todo el avión dejando al piloto en primer término. Si Top Gun (Ídolos del aire) nos mostró unas imágenes aéreas impresionantes en su día, Top Gun: Maverick consigue transportarnos a la cabina del F-18 en la actualidad. Pero sin lugar a dudas donde el director de Oblivion echa el resto es en los extraordinarios 15 minutos finales (posiblemente con el tiempo se conviertan en historia del cine contemporáneo). El partido de fútbol americano en la playa, la presentación de Maverick en el taller, el primer vuelo con los alumnos, el vuelo en solitario… Top Gun: Maverick, como buen blockbuster, está plagado de momentos que se quedaran grabados en la retina del espectador.
Volvemos a escuchar el emblemático tema de Harold Faltermeyer pero esta vez acompañado de nuevas composiciones de Hans Zimmer (Sin tiempo para morir) y Lady Gaga, quien desde ya tiene asegurada la nominación al Oscar (y posiblemente la estatuilla) con ese Hold my hand, que en breve se convertirá en un himno generacional como ya ocurrió es su día con el mítico Take my breath away de Berlin. Una banda sonora potente que no se olvida de incluir en su álbum clásicos de ayer y de hoy para rivalizar en ventas con su predecesora.
Está claro que Top Gun: Maverick es Tom Cruise. Sin él esta película no tendría ningún sentido. El actor neoyorkino regresa a uno de sus papeles más emblemáticos y sabe adaptarlo a los tiempos que corren. Esta vez interpreta a un soltero de más de 50 (en la actualidad la estrella de Rain Man gasta 60 años) que intenta conquistar a una chica “de su edad” (Connelly actualmente tiene 51) mientras “se divierte” con las nuevas generaciones. Es en los momentos que comparte con Connelly donde Cruise se muestra como la gran estrella que es, atentos al momento en la casa de esta, impagable. El resto del elenco está estupendo en roles que nos suenan parecidos pero no iguales. Atentos a las breves apariciones de Harris, de aplauso. Y el momento emotivo de la cinta es para el que fue la otra gran baza de original Val Kilmer (Val) que debido a su cáncer de garganta tiene una pequeña escena pero muy emociónate.
En resumen, Top Gun: Maverick es el blockbuster que necesitamos para alegrar la triste taquilla nacional e internacional. Es una película “muy prefabrica”, al igual que ocurre con los productos de Marvel, pero esta tiene unas gotitas de nostalgia y la sensación de ver algo conocido pero totalmente nuevo. Y es que sus responsables han sabido llevar a muy buen puerto esta historia con mucho alma. Sin lugar a dudas una de las películas de 2022 que se debe disfrutar en la pantalla más grande posible, con el mejor sonido disponible, y sin olvidarnos de las palomitas y el refresco tamaño gigante.
Lo mejor: La dirección de Kosinski, el carisma de Cruise, sus 15 minutos finales, la canción de Gaga… TODO
Lo peor: No poder verla en la pantalla más grande posible (IMAX).
Puntuación: 10/10