Hace tres años Christopher McQuarrie (Jack Reacher) consiguió lo impensable, que una quinta entrega de una saga tan longeva como Misión Imposible fuera la mejor entrega de la franquicia, con permiso de Protocolo Fantasma o de la original. Todo ello gracias a que volvía a esos origines de la saga, al misterio, al juego de engaños, a volver a ser espía. Nación Secreta fue un soplo de aire fresco en unos veranos donde los blockbusters tiran más por ser espectaculares y vacíos, menos la magistral nueva trilogía de El planeta de los simios, y que son de consumo rápido. Misión Imposible, olvidando su segunda entrega, se esfuerza en querer contar algo, en querer que los personajes crezcan, que las situaciones sean verosímiles dentro de los inverosímil y, que su historia, mantenga al espectador tanto pegado a la butaca como en buscar las pistas para resolver lo que ocurre en la trama. Misión Imposible: Fallout es una muestra más de que cuando se quiere se hacen las cosas de forma brillante. Es, posiblemente, el mejor blockbuster que vamos a ver en este verano. Y que sigan llegando si mantienen este nivel.
Misión Imposible: Fallout continúa la historia que vimos en Nación Secreta: Solomon Lane, líder de El Sindicato, sigue vivo y Ethan Hunt tiene que ir a buscarlo antes de que otra organización de con él para desarrollar sus planes. Si hablamos así de Misión Imposible: Fallout estamos ante otra entrega más de la saga, una película más de acción al uso y algo que pasaría al olvido. Pero Misión Imposible: Fallout no es nada de lo anterior. La trama, por muy manida que esté, esconde pequeños momentos que harán que los fans, y no tan fans, disfruten como nunca. Y es que como se ha ido comparando por muchos sitios: Misión Impoisble: Fallout tiene mucho de El caballero oscuro. Aquella era una cinta sobre que es ser un héroe, que es lo que el pueblo necesita y, que al final, “o mueres como un héroe o vives lo suficiente para verte convertido en un villano”. Ethan Hunt no es el héroe que el mundo necesita, pero si el que se merece. En un mundo donde todo se rige por el caos, Ethan Hunt es nuestro héroe.
Y las similitudes con la obra maestra de Christopher Nolan no terminan aquí, en todo momento nuestro héroe no tiene el control, le intentarán tender mil trampas, hacer dudar a todos de quien es. Además, trabaja bastante al margen de la Ley, ya que si es capturado tendrá que asumir todas las consecuencias. Todo ello, y el aroma a pesadumbre que se atisba en la cinta, hacen que el tormento de El caballero oscuro persiga a Ethan Hunt. Por no hablar del villano. Repetimos con Solomon Lane que, al igual que en Nación Secreta, su objetivo no es destruir a nuestro héroe, si no hacerle al mundo algo terrible para escarmentarlo y liberarlo. Eso hace que el villano sea interesante, tenga un crecimiento mayor y sus apariciones sean realmente desalentadoras para todos. Sean Harris (Prometheus) vuelve a deleitarnos con su personaje y lo aumenta todavía más. Al igual que Rebecca Ferguson (Life) o Simon Pegg (Ready Player One) que están maravillosos, usando sus propias armas. Pero Tom Cruise (La momia) y Henry Cavill (La liga de la justicia) son los que roban todas las escenas. Tom Cruise como protagonista y Henry Cavill demostrando que, si le saben dirigir bien, puede ser un buen actor.
Y no pasa nada si decimos que Misión Imposible: Fallout es el mejor blockbuster del verano y, posiblemente, una de las mejores películas de acción de los últimos años, no es la mejor de la última década porque por ahí anda Mad Max: Furia en la carretera y eso son palabras mayores. Pero esto demuestra una vez más que si se hacen las cosas pensándolas y dejando al autor trabajar como el sabe las cosas salen y los blockbusters no son vacíos ni olvidables. Misión Imposible: Fallout es de esas. Cada entrega es mejor que la anterior y Fallout está al mismo nivel que Nación Secreta. Una joya.
Lo mejor: Lo inteligente de su guion y la acción.
Lo peor: Quizás se exceda un poco en su metraje.
Puntuación: 9/10