El milagro del padre Stu: Agradable película de sobremesa

La división católica de Sony Pictures suele sacar un producto de corte religioso en fechas cercanas a la Semana Santa. No todas la cintas suelen llegar a nuestras salas pero dependiendo del reparto y del rendimiento económico en taquilla en el país de origen, es muy probable que llegue a nuestros cines. Ocurrió con El cielo es real, Los milagros del cielo… y ahora sucede con El milagro del padre Stu, telefilm de corte católico con grandes estrellas en su reparto y que funciona en su justa medida. Mark Wahlberg (Uncharted), Mel Gibson (Panama) y Jacki Weaver (Yellowstone) protagonizan esta historia, basada en hechos reales, escrita y dirigida por la debutante Rosalind Ross.

Stuart Long es un “pieza” que va sin rumbo fijo por la vida hasta que en su camino de cruza una latina imponente y católica. Y siguiendo el dicho de “tiran más dos tetas que dos carretas”, Stuart acabará abrazando la doctrina de Jesús. Esta es la premisa de esta agradable cinta de domingo por la tarde, de la cual no contaremos nada más para que así el espectador sea sorprendido (no vean el trailer, pues una vez más, cuenta la película entera). El milagro del padre Stu es un guion que cuenta una historia de redención y persistencia de manual, donde todo nos lleva a un climax final donde pretenden emocionar al espectador.

Algo que no llega a conseguir del todo Rosalind Ross. Quien conociendo el medio y el lenguaje sólo consigue emocionarnos gracias al buen hacer de sus protagonistas, pues la puesta en escena de la directora californiana resulta bastante plana tras unas primeras escenas que prometían bastante. Y es que la actual novia de Gibson arranca la cinta con una escena memorable, con un punto de sordidez extraño, que no se vuelve a repetir en el resto del largometraje. Hay que alabar, que aun durando la película algo más de horas en ningún momento se llega hacer pesada.

Wahlberg está imponente en la película. También debemos fijarnos en que es un producto hecho a medida para él ya que es el productor de la misma. En sus dos facetas, ya sea la de macarra o católico convertido, Marky Mark está estupendo y es capaz de plantarle cara al otro puntal de la cinta Mel Gibson, quien en su tramo final vuelve a demostrar, que como el buen vino, ha mejorado mucho con los años. Mención especial para las escasas pero siempre interesantes intervenciones de Malcolm McDowell (Castlevania).

En resumen, El milagro del padre Stu es una agradable película de sobremesa que no pretende nada más que entretener al respetable. ¿Lo consigue? Claro que sí, y es por ello que alabamos la propuesta. Pero con los tiempos que corren y en la situación en la que nos encontramos en este país, esta cinta hubiera dado mucho más que hablar en una plataforma que en una pantalla de cine. Aún así, que se siga apostando por la pantalla grande de una sala de cine es estos días es digno de aplauso.

Lo mejor: Wahlberg y Gibson.

Lo peor: Es un telefilm homologado.

Puntuación: 6/10