Con cierto look desaliñado, pelo largo y barbas, nos recibe Jake Gyllenhaal (Sin tregua) en la habitación de un conocido hotel madrileño. Esta imagen que muestra se debe al rodaje de Everest, la nueva cinta de Baltasar Kormákur (2 Guns). Pero hoy visita España por otro motivo, viene hablar de Enemy, dirigida por Denis Villeneuve (Prisioneros), y donde interpreta a dos personajes.
La película atrapa al espectador desde sus primeras imágenes y no lo suelta hasta los créditos ¿eso se trabaja de alguna manera, con alguna clave en rodaje o surge después, se mete en montaje?
La primera parte es la manera en que ruedas la película, la ruedas para crear eso. Siempre hemos tenido la idea en la película de que tuviera una naturaleza del subconsciente. Jugamos entre la fina línea entre realidad y los sueños, lo consciente y lo subconsciente. Y eso es lo que manejábamos durante todo el rodaje. Luego también, según se iba montando se iban añadiendo cosas porque, por ejemplo, Denis tenía muy claro que los sonidos de la ciudad era muy importantes, pero muy lejanos. Subconscientemente lo oyes, pero no te das cuenta, están detrás de las ventanas por ejemplo, y oyes los sonidos per están muy lejos. Pero están ahí durante toda la película. El diseño del sonido fue muy importante para Denis. También algo importante durante el rodaje es que no teníamos reglas, y eso es como estar en un sueño. Lo planteamos así desde el principio y habían cosas, por ejemplo, había un personaje, el que propone a Adam que vea la película que luego sin razón le íbamos sacando a lo largo de la película y aparecía diciendo “hola”. Y eso era parte del comportamiento del sueño. Lo que pasa es que eso acabó cortado en el montaje final. Siempre fue la intención, que la película tuviera esa sensación de hechizo.
Enemy se basa en El hombre duplicado de José Saramago, ¿Crees que la película ha sido una buena adaptación del libro?
No leí el libro, y además no leí el libro aposta, fue una decisión consciente. Porque tenía la sensación de que no quería que me influenciara y yo soy una persona demasiado objetiva. Si me hubiera metido en eso habría ido hasta el final con el libro y lo que yo quería era al revés, era estar fuera y basar todo lo que hacía en la película en lo que yo sentía. Luego también Denis tenía una idea muy clara de lo que quería hacer con la película y cuando nos sentamos y hablamos de eso, eso es lo que queríamos hacer. Creo que cuando haces la película y en este caso, no es importante que la película sea totalmente fiel al libro, sino que es importante que la esencia del libro esté en la película. Lo que yo quería era tener algo que pudiera ir como cogiendo, no sé decirlo muy bien en palabras, pero ir cogiendo partes de cosas, pero no estar completamente influenciado por la obra. Esto es lo que yo consideraría que es un comentario sobre del libro. Diría que en vez de ser una interpretación de la expresión de Saramago, es una expresión de la expresión de Saramago, y aunque no puedo hablar con él, creo sinceramente que a Saramago le gustaría la película. Por ejemplo si coges la primera frase del libro, la primera frase completa del libro, solo con esa frase podrías hacer tu propia película. No necesitas nada más. Quizás eso sería una buena idea, porque podrías realmente coger una frase y perderte para siempre en una historia completamente diferente.
Enemy es también una película sobre Toronto y me imagino que la coproducción ha sido importante. ¿Te imaginas esta película en otra ciudad que no fuese Toronto?
Ahora desde luego no me imagino otra ciudad. Lo interesante de Toronto es que es una ciudad que está en busca de su propia identidad y es en parte por lo que creo que Denis estaba tan interesado en la ciudad, en rodar allí. Es tan diferente, cuando he estado ahí, que me venía la gente y me decía: “muchas gracias por venir a Toronto“, y yo vivo en Nueva York donde te dicen: “¡Vete a tomar por culo y lárgate!”. Es completamente lo opuesto. Creo que es una ciudad que está haciendo lo mismo que el personaje y los humanos en general, buscando su identidad todavía. Osea, que no me imagino ninguna otra ciudad. Además también fue una ironía para mí, y muy interesante, enseñar Enemy en el Festival de Toronto. Y teníamos Denis y yo dos películas y una de las cuales con Toronto como uno de los protagonistas. Creo que todo esto está conectado, lo encuentro muy irónico, pero encuentro como que la ciudad está ligada a todo. Eso da una idea del estado mental que teníamos cuando estábamos haciendo la película.
Usted ha trabajado con grandes directores como Ang Lee, David Fincher, Sam Mendes, ¿Que cualidades destacaría de Denis Villeneuve para entrar a formar parte de ese grupo de grandes directores?
En primer lugar que tiene una estética impresionante y creo que eso lo tiene en común con esos directores. Trabaja con el director de fotografía directamente en el rodaje y te mete en su plano, lo que para mí es increíble y tiene esa estética, creo que es una visión que comparte con todos esos directores. Luego también tiene una necesidad muy grande de comunicar; es un gran manipulador y es muy respetuoso. Quiere mucho a los actores y sabe que es una cosa delicada lo de dirigir actores. Es un hombre extraordinario y sientes, cuando estás trabajando con él, que tus ideas siempre son correctas, nunca sientes que tú estás equivocado. Y por eso digo que es manipulador porque evidentemente él sabe que la decisión final la va a tomar él, pero es un director que cuando estás rodando su ego no es parte, a menos que hagas una cosa totalmente loca o descomunal, su ego no es parte de eso, te deja hacerlo, pero a la vez sabe que al final si no le gusta, lo va a cortar. Y eso para mí es lo que le hace excepcional.
¿Hasta que punto te ha condicionado la nominación al Oscar en la elección de tus siguientes papeles?
No ha condicionado en absoluto mis decisiones. No creo que una nominación sea un barómetro para el éxito futuro, en absoluto. Y desde luego no es el mío. Recuerdo por ejemplo cuando hice la otra película, Prisioneros, todo el mundo me ha preguntado porque había escogido ese personaje, y es una decisión creativa, y básicamente yo me sentía encantado de tener la sensación que había hecho ese personaje y mi barómetro básicamente es que yo he tomado esa decisión, he sido leal al personaje, he sido leal a mí mismo y no he sido indulgente conmigo mismo. Y la gente ha entendido al personaje. Mi barómetro personal es mi trabajo. No es eso que me reconozcan con un premio, etc. Sin embargo evidentemente es un gran honor haber sido nominado y especialmente la nominación hace que sientas que estás en compañía de mucha gente excepcional que ha sido nominada en el pasado y como resultado yo estoy en esa lista, pero no afecta a mis decisiones.
¿Cómo actuarías en una situación real si un día te encontraras con un doble de ti mismo?
Bueno en realidad en mi vida, por el hecho de ser actor, fue curioso hacer la película, porque es bastante real para mí, porque yo me veo en una premiere y me veo en la pantalla y veo que todo el mundo está mirando lo que estoy haciendo. Para mí fue irónico hacer un personaje que es así, que se dobla. Creo que quizás yo estaría mejor preparado que la mayoría para encontrarme con mi doble. Pero creo que lo que ocurriría es que tendría que pelear con él, y lo más seguro es que yo tendría que ganar. Y luego pediría a Denis que lo rodara como un documental, lo sacaríamos y lo llamaríamos Enemy 2: La verdad (risas).