Antonio Banderas: «La gente se cree que vivimos en una alfombra roja»

Se ha dejado caer unos días por Madrid para presentar su ultima película, Autómata, pero el malagueño más internacional que tenemos en España, Antonio Banderas (Los mercenarios 3), estará entre Estados Unidos y Madrid, las próximas semanas, pues aparte de la promoción de esta cinta, que también produce, la Academia de las Artes y las Ciencias Española le ha premiado este años con el Goya de Honor por toda su carrera. Con algo de retraso nos recibe en la habitación de un hotel, mientras se fuma un cigarrillo. Se le nota algo cansado, pero no deja de bromear, le decimos que hemos visto Autómata dos veces, y que nos ha gustado. Nos mira, se rie, y no pregunta «¿no tendrás un millón de amigos en Facebook para recomendársela?». La risa se apodera del ambiente, y la jefe de prensa nos advierte que hay que comenzar ya.

Birgitte Hjort Sørensen, Gabe Ibáñez y Antonio Banderas en el rodaje de Autómata

Birgitte Hjort Sørensen, Gabe Ibáñez y Antonio Banderas en el rodaje de Autómata

¿Cómo has trabajado el look que llevas en Autómata? ¿Pediste asesoramiento a Jason Staham? (Banderas luce en la película un corte de peli rapado al cero y traje negro, al más puro estilo “Transporter”)

Es algo más serio, en un principio la primera conversación que surgió sobre el aspecto de Jacq Vaucan, mi personaje, tenía que ver con salubridad pública y los lugares que tiene que visitar. Tiene que entrar eventualmente en ese submundo y por temas de sanidad, era mejor que ese hombre en un momento determinado decidiera afeitarse la cabeza. Después entraron en consideración otras cuestiones como el aspecto físico, llegamos incluso en algún momento a pensar en alguna foto que nos hicimos durante la preparación del rodaje, cuando vimos el aspecto de los robots. Me parecía que había alguna similitud entre esos robots y el aspecto que tenía que tener. Una especie de fusión entre lo humano y lo que representaba la inteligencia artificial en la película. Con todas esas consideraciones llegamos al set y dije, tira para adelante y nos cortamos el pelo prácticamente al cero. Es de una comodidad extraordinaria.

¿Cuál fue tu primera impresión al ver los robots con los que ibas a trabajar?

Mi primera impresión fue entusiasta. Cuando recibí las primeras fotografías estaba rodando otra película, y en un momento nos dimos cuenta de que la necesidad puede crear estilo. Prescindir de la generación de la computadora en ese aspecto de los robots, porque si se ha utilizado para la creación de los desiertos y otros elementos de la película, nos venia muy bien para darse ese aire sesentero que tiene la película. No queríamos competir con Hollywood, no queríamos robots que saltaran de tejado en tejado, sino unos electrodomésticos antropomórficos que en un momento determinado desarrollan un nivel de conciencia muy importante. Eso al director, Gabe Ibáñez y a mi nos gustaba y lo vimos como una ventaja y con eso trabajamos. Para el punto de vista del actor tener un ser delante que va a estar en la película, con un par de actores manejándolo, es más distraído. Incluso le colocamos unos altavoces dentro.

Antonio Banderas en el rodaje de Autómata

Antonio Banderas en el rodaje de Autómata

Siempre se habla de que hay que acercarse al publico español con las películas. ¿Crees que Autómata, una película de ciencia ficción con robots, puede ser un buen vehículo para ello?

Existe un tipo de cine denominado comercial, que va en busca de las masas, y detrás hay muchas consideraciones. Nosotros pensamos que también tiene que haber un tipo de cine que tenga un cierto nivel de riesgo, porque se abren espacios nuevos que después pueden ser ocupados por otros. El cine español ha tenido los ojos cerrados a determinados géneros, el género de terror empezó a practicarse hace 15 años y empezó a tener éxito y vieron que era accesible. Pero el cine de ciencia ficción se ha asociado a los grandes presupuestos. Con esta película se ha demostrado que sin tener unos presupuestos extraordinarios y supliendo la financiación con montañas de creatividad y sacrificios, se puede hacer un trabajo muy digno, y puede competir perfectamente con otras películas. Creemos que tiene una aportación muy europea, si dividimos la historia del cine entre el cine comercial y el artístico, tiene mucho que ver el conglomerado de Hollywood y el cine europeo que es más de autor, más reflexivo. Hemos intentado tomar ambas cosas, y esto se convierte en una metáfora de lo que ha sido mi vida, de agarrar un cine de género que solo se hacía en EEUU y de enchufarle una forma de pensar más europea. ¿Eso va en contra de su público? y pienso que sí. A nivel internacional hay un público muy fiel a la ciencia ficción y creemos que en España también existe, pero también pensamos que la película por sus condiciones puede abrirse a un público más general porque en realidad la película está reflexionando sobre el presente, en el fondo. Los problemas que se plantean en la película, son cosas que están pasando en nuestros días. Los que saltan las vallas, que son los subsaharianos, los niños que matan… hay una serie de cosas que se plantean en la película que son muy presentes. Puede generar interés y puede aportar algo nuevo dentro del cine español. Es un reto porque la gente tarda algún tiempo en reciclar las cosas que se le van proyectando. Un ejemplo es Pedro Almodóvar, se le tardó en digerir, una vez digerido, la gente hablaba en sus vidas de algo que era “Almodovariano”, la gente lo asumió; nosotros hemos plantado esta bandera aquí, estamos orgullosos de ella y esperamos compartirlo con el público nuestro.

Melanie Griffith y Antonio Banderas en Autómata

Melanie Griffith y Antonio Banderas en Autómata

Autómata se filtró en la red en Estados Unidos al mismo tiempo que llega a las salas, ¿Cómo ves este problema?

Yo lo estoy viviendo continuamente en Hollywood, los estudios tienen una lucha con el tema de la piratería. El cine a nivel mundial está perdiendo entre un 5 y un 11% de publico anualmente, el cine como lo conocemos está herido de muerte. Va a haber un momento en que la gente dirá “para que voy a gastarme cientos de millones en una película si voy a tener 17 millones de descargas”, que es lo que tuvo, por ejemplo, Los mercenarios 3. Imagina si yo en vez de hacer cine, me dedico a la crianza del cerdo. Me gasto una pasta en los cerdos, en criarlos, en los veterinarios, y de pronto termina la crianza del cerdo porque la gente se va a internet a por un jamón. La gente se cree que vivimos en una alfombra roja, pero no es así, convivimos en un set con carpinteros, maquilladores…, con gente que tienen casas, pagan colegios, y esa gente hay que pagarla, te gastan una pasta en hacer una película y ahora resulta que te la descargas gratis. Hay algo que tiene que ver con la educación que es parte de culpa de esto. Los políticos se han achantado. En sus programas electorales, una ley que legisle esto, es una pérdida de votos y por eso no existe un momento de honestidad entre todos los partidos para que hagan una misma ley y la pongan todos a la vez en su programa. Esa hipocresía hará que la producción se paralice. A los que somos actores únicamente nos quedará el recurso del teatro, de hecho el teatro ha subido porque se busca algo que no sea común.

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