
Con un presupuesto de 40 millones de dólares, Cincuenta sombras de Grey recaudó a nivel mundial la friolera de 571 millones y recibió una nominación al Oscar (si, han leído bien) a mejor canción. Ahora nos llega su reclamada secuela, que pierde bastante interés, apenas se cuenta nada y es más “soft”, lo que se traduce en un producto aburrido donde no pasa nada...