Las guerras se han retratado de muchas maneras, casi siempre de la forma más dramática posible, ya que una guerra es un drama en sí mismo donde no hay cabida para el humor. Pero parece que en una guerra como la de los Balcanes si hay cabida para las dos cosas, tanto el drama como el humor. Y es que la nueva película de Fernando León de Aranoa (Amador) retrata el conflicto balcánico desde la perspectiva del humor pero sin dejar de lado el drama, y esto es el principal puñal que tiene la cinta, pues no llegas a saber nunca qué tipo de género es o que es lo que realmente te quiere contar el director sobre el conflicto y sus protagonistas. Un puñal que hace que la cinta no sea un disfrute total.
Un día perfecto es la historia de una ONG que está inmersa dentro de la guerra de los Balcanes, intentando ayudar a la población como pueden. Su principal intención es la de salvar un pozo donde un cadáver está contaminando el agua, por lo que los suministros de agua pueden correr peligro para esa zona. Y esto es básicamente Un día perfecto. La cinta se desarrolla, como su nombre indica, en un único día, donde ves las penurias que pasan los voluntarios de esta ONG por ayudar al pueblo o entre ellos mismo, en una guerra donde cada paso que des puede ser el último de tu vida. Pero, la sensación de peligro nunca se materializa en la cinta.
No se materializa porque en todo momento se habla de la amenaza de las minas terrestres que podría haber por los caminos que nuestros protagonistas recorren, pero en los 106 minutos de película no hay una sola explosión. No hay una amenaza cerniéndose sobre nuestros protagonistas en un territorio y en un conflicto donde las amenazas están a la orden del día. Se pasan dando órdenes a gente con armas, se sublevan a gente con más armas, y el único momento de tensión transcurre a los diez minutos de película cuando un menor juguetea con una pistola apuntando a nuestros protagonistas. El resto es como si Heidi se hubiera ido a divertir a los Balcanes. Y es que Aranoa no sabe que tono quiere en su cinta, y mucho peor, no sabe que es lo que quiere transmitir en ella.
El tono se pone en duda cuando el humor toma en muchos tramos el control, con escenas que podrían ser desternillantes por lo hilarante de los diálogos o de las situaciones, y en otro se torna en un drama que tampoco te conmueve como debería hacerlo (la escena de la casa podría haber sido más impactante). Y tampoco sabe que quiere trasmitir. En muchos de sus anteriores trabajos, Fernando León de Aranoa supo trasmitir la vida de un barrio, la vida de un grupo de parados e incluso la vida de unas prostitutas. Todas ellas tenían una especie de moraleja que podía hacernos estremecer en la butaca. Un día perfecto carece de eso. No tiene un impacto emocional en el espectador, por lo que la cinta se ve y ya está.
Eso sí, un acierto rotundo en el elenco protagonista. Este elenco está encabezado por Benicio del Toro (Escobar: Paraíso perdido), que hace aquí como líder del grupo y cabeza pensante. Su personaje está más comedido que alguno de sus compañeros, y haber visto a un Benicio más desatado hubiera estado bien. Y es que todas las miradas, las gracias y muchos aplausos recaen en Tim Robbins (Cadena perpetua). Su personaje es un hombre mayor pasado de rosca al que todo le da un poco igual. Dice lo que piensa sin tener en cuenta las consecuencias. Su frase de “Modelos sin fronteras” es de aplauso. Y luego tenemos a los dos bellezones: Mélanie Thierry (The zero theorem) y Olga Kurylenko (El maestro del agua), que cumplen bastante bien con sus papeles.
Un día perfecto es una cinta que se hiere a sí misma cuando no sabe realmente que te quiere contar y como lo quiere contar. Esto es lo que lastra la película, que hubiera sido mejor si se hubiera decantado por algo, o todo humor o todo drama, pero mezclar las dos de una forma un tanto incoherente hace daño a la cinta. Así como la banda sonora, una gran selección musical, pero que no atina a la hora de ser introducida. Una película pasable, pero rápidamente olvidable.
Lo mejor: El elenco de la cinta.
Lo peor: No sabe que quiere contar y como lo quiere contar.
Puntuación: 5/10