Las leyes de la frontera: De navajas y autos

Siempre recordaré con cierto cariño la primera película que me puso mi padre en un VHS bastante defectuoso. Recuerdo ver a gente conducir sin ningún respeto por la ley, con navajas paseándolas por la calle y escuchando música en mitad de la calle. Perros Callejeros se llamaba. Por eso ver Las leyes de la frontera ha sido especial, ha sido volver a ese VHS defectuoso y reencontrarme con ese cine quinqui que me enseñó mi padre. Daniel Monzón cumple en una cinta que no da tregua al espectador, que tiene unos personajes creíbles y representa una época de la mejor manera posible. No es perfecta, pues tiene decisiones de guion que son más que cuestionables, pero el conjunto es tan competente que se le perdona cualquier desliz, aunque sea pequeño, que tiene. Eso sí, el trio protagonista, formado por Marcos Ruiz, Begoña Vargas y Chechu Salgado desprenden una química increíble.

Las leyes de la frontera quiere contar una historia que, más o menos, hemos vivido todos alguna vez. Una historia sobre un chico de barrio, tímido y con el que se mete todo el mundo, que termina conociendo a una banda de delincuentes, los cuales le aceptarán tal y como es. Las leyes de la frontera se desarrolla, prácticamente, en un verano. En esas vacaciones que tenemos todos y que, muchos, los solemos pasar en la ciudad debido a las obligaciones laborales. Aquí, Nacho, se queda en la ciudad para vivir esa vida completamente opuesta a la que tenía, una vida en la calle, una vida subido a un coche y empuñando una navaja para salir airoso de todos aquellos que quieran plantarle cara. Nacho vive, por una vez en su vida, lo que es estar la otro lado, al otro lado de esa frontera que parece insalvable por las circunstancias de la vida. Pero Las leyes de la frontera también es amor, es sexo, es droga y es muerte.

Y es que Las leyes de la frontera es una película consciente de si misma, de lo que pretende mostrar y como lo quiere hacer. Tiene momentos realmente brutos, realmente violentos y que pueden no ser del gusto de todo el mundo. Es una cinta que representa perfectamente una época y una sociedad. Y a todo también ayuda una banda sonora que acompaña perfectamente a la película y que ha sido compuesta por Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, que se han encargado de toda ella. Los actores, como he dicho antes, están muy bien haciendo en todo momento creíble a estos personajes que juegan mucho al margen de la ley. Y aunque la película es más que digna, si que tiene algunos momentos que son fallidos o que se solucionan de alguna manera que deja al espectador un poco perplejo, tirando de elipsis innecesarias para solucionar conflictos. Pero quitando esto, la película es una maravilla que se pasa en un suspiro.

En definitiva, Las leyes de la frontera es una muy buena película, que cumple con creces el objetivo de entretener y enseñar una época que parecía imposible volver a traer al cine. Daniel Monzón ha hecho suya la historia y ha conseguido convertir el libro de Javier Cercas en una película realmente recomendable.