La cineasta ganadora del Goya, Mar Coll (Tres días con la familia), presenta en Madrid,Todos queremos lo mejor para ella en los cines Verdi de Madrid. Con una simpatía ejemplar nos responde a nuestras dudas, hablándonos además entre medias de como vivió la experiencia de rodar su segunda película como directora y guionista.
¿Cómo surge esta idea y cómo se te ocurrió desarrollarla?
Pues un poco como todo lo que he hecho hasta ahora y lo que pienso hacer. Parto de mis preocupaciones más profundas. Me gusta contar cosas que me impliquen, que me conmuevan… Busco transmitir lo que sientes de la mejor manera posible. Me preocupa mucho la imagen que puede dar una persona al exterior. Es algo fuera de la realidad, me interesa el desfase que hay entre lo que puedes proyectar y lo que realmente sientes. Somos mucho más disfuncionales de lo que parece. Normalmente solemos mostrar una seguridad, una confianza, que no se corresponde para nada con los miedos que podamos tener en una sensación extraña o agresiva. En la película quiero plasmar el esfuerzo visible y la construcción torpe, y reconozco el esfuerzo como algo mío. Y de ahí parto, de este personaje que ha perdido la referencia de lo que es su identidad, que esta avocada al fracaso.
Escribiste el guión con Valentina Viso, una de tus mejores amigas. ¿Cómo fue el escribir sobre una relación de amistad realista y rota?
Pues el punto de partida de la amistad que se ve reflejada en la película éramos nosotras, porque nos conocemos desde los once años, crecimos juntas, muy pegadas, pasábamos quince horas al día juntas. Ella estudió guión, y tiene una buena técnica, y si además sabes lo que la otra persona quiere, que a la vez es lo que tu quieres, sale bien. Tenemos una situación de partida de la amistad en la que ella busca a alguien, y pensábamos que si se encuentra con su mejor amiga de antes, dejaría todo más claro.
La película deja mucho espacio a la imaginación del espectador. ¿Pensaste otro final?
Me gusta que digas que deja imaginación al espectador. Yo pienso que las películas no son una cosa cerrada, pienso que es mucho más interesante el cine que permite construir también. No me atrae demasiado eso de que te digan que tienes que pensar de una manera o de otra dentro de una película. Ese pequeño esfuerzo de rellenar huecos es del gusto de la gente, y creo que Todos queremos lo mejor para ella lo tiene. Y respecto al final, se nos ocurrió que la mejor forma es que ella se desvanece. Una especie de muerte diferida, una puesta en escena especial.