Con motivo del estreno en salas de cine de la cinta Sin malos rollos hemos podido charlar brevemente con su director, y también guionista, Gene Stupnitsky (Chicos buenos). Gene comenzó su carrera con el guión de Año uno, luego pasó a la versión televisiva de The Office, y más tarde firmó guiones como el de Bad teacher. Esto fue lo que nos contó a su paso por Madrid.
¿Qué le resulta interesante de escribir sobre mujeres imperfectas?
La verdad es que la mujer perfecta no es ni tan interesante ni tan divertida. Las mujeres que tienen secretos o que les gusta jugar con el doble sentido de las cosas me resultan más interesante escribir sobre ellas. Quería escribir sobre este tipo de mujer y si encima tienes la suerte de que el personaje lo interpreta Cameron Diaz o Jennifer Lawrence, no puedes pedir más. Creo que es más divertido poner tabúes sobre este tipo de mujeres que sobre mujeres perfectas.
Este tipo de comedia eran muy común en los años 80 y 90, pero ahora la sociedad ha cambiado mucho, ¿qué creer que puede aportar una comedia como Sin malos rollos a la sociedad actual?
La palabra aportación me parece un término interesante, no se si he querido aportar algo o no con esta película. Lo que tenía era un estrella de cine con la que quería hacer la mejor comedia posible y la intención con una película como Sin malos rollos es la misma que la que puedes tener con una película de terror, lo que quieres es que la gente viva un experiencia conjunta en una sala de cine riéndose o pasando miedo, todos a la vez. Tu no haces una comedia pensando en que la gente la vea en casa consultando en todo momento su móvil. No era mi idea. No se si con esto hago una contribución y ese es mi punto de vista. Espero que si tiene éxito se hagan más comedias de este tipo, y eso siempre es positivo.
La cinta también habla de cómo los urbanitas invaden las ciudades costeras en vacaciones, ¿usted también tiene interés en hablar de este tipo de situaciones?
Sí, desde luego me parece interesante hablar de este tipo de temas. Siempre había sido consciente de este tipo de problema pero tome más conciencia de ello durante la pandemia por que en Nueva York había mucha gente que tenía casa de vacaciones en este tipo de zonas y se fueron para allá, a pasar la pandemia. Y esto dio lugar a ciertas tensiones en zonas como Los Hamptons. Pues la gente local se quejaba de que los urbanitas se estaba comiendo su comida y gastando sus servicios. Pero creaba cierta disyunción, pues también les necesitan durante el verano para que pueda funcionar la economía de los servicios. Todo esto dio lugar a bastante tensión entre las clases sociales. A mi me pareció un tema interesante a tratar en la película, y que se enfoca en cómo el padre urbanita de nuestra protagonista conoció a su madre local, y cómo nace esa tensión hacia los personajes que viene de fuera.
Sus cintas son cartas de amor al cine de los 80, ¿se hacía mejor comedia antes que ahora?
No, no creo que fueran mejores, lo que sí creo es que se hacía muchísimas más que ahora. Entonces teníamos una gama más amplia de comedias, eso era muy positivo. Estaría bien que ahora también hubiera más. Tendemos idealizar la comedia de los años 80 pero también había muchas malas comedias en aquella época. He visto muchas terribles, pero también muchas fantásticas. Tengo muchos referentes de aquella época, John Hughes, Harold Ramis, que fue como un mentor para mí… y muchas películas fantásticas como Cazafantasmas, Desmadre a la Americana… Atrapado en el tiempo es de mis favoritas. Lo que es malo de la época actual es que se hace menos comedia, y esto me entristece. Nosotros requerimos de Jennifer Lawrence para poder sacar esta cinta adelante y Chicos buenos se pudo hacer gracias a que Seth Rogen se animó a producirla. La situación es diferente.
Jennifer Lawrence y usted eran amigos, ¿cómo ha cambiado la relación ahora que también es la productora de la película?
A cierto nivel, siempre, la estrella de la película es el jefe. Hubo un momento en el que Jennifer me llamó y me dijo “¿cuándo vamos a empezar a rodar, jefe?” y ahí fue cuando me di cuenta que el jefe era ella, pero para nada usa su poder. Pero si que es verdad que cuando haces una películas te tienes que plantear quién esta a los mandos, ¿será la estrella?, ¿será el director?, ¿el estudio? ¿la productora? Siempre te lo tienes que plantear. En cualquier caso Jennifer siempre se ponen en manos del director, y que nos conozcamos desde hace años da lugar a una relación de confianza con lo cual siempre aceptaba mis sugerencias y este fue el mayor regalo que me pudo hacer. Apuntar también que nuestra relación no ha cambiado tanto, socialmente ella siempre es la jefa y al final es ella quien decide que vamos a cenar aunque cambie de opinión tres veces. Me satisface ver que ahora ella tiene más control sobre su carrera y se está animando a producir más. Y aunque no tenga el titulo de producción es una gran productora.
La corrección política, ¿le afecta a la hora de escribir sus películas?
Lo cierto es que yo he tenido mucha libertad en esta película como en la anterior y me parece que se le da demasiada importancia a la corrección política. Tiene que haber cierta subversión en la comedia y yo creo que el público es lo que espera. Posiblemente un 10% del público se puede sentir ofendido pero no quiere decir que la comedia sea ofensiva sino que a ellos les puede molestar. Y si hay gente que reacciona así no me quita el sueño. Igual que pienso que no va haber gente que salga de la sala disgustada y si es así… el dinero de su entrada ya nos le hemos llevado.
Los padres de la cinta son sobre protectores con su hijo, ¿cómo cree que es esta generación que estamos criando?
No soy padre aún, aunque espero serlo pronto. No tengo la experiencia de ser padre pero si que conozco a este tipo de padres que he retratado en la película. Nosotros los llamamos “padres helicópteros” por que no paran de dar vueltas alrededor de sus hijos. Y veo de dónde nace esa sensación de querer brindarle a tu hijo todas oportunidades posibles, darle una vida que puedan vivir bien, darle una vida feliz… pero esta lugar una cierta fragilidad. Nosotros hemos aprendido que si te caes te levantas, si tocas un fuego y te quemas no vuelves a tocar. Entonces si no pasas por eso, estamos creando unas personas que cuando pasan por eso no saben cómo reaccionar, y esto crea seres humanos frágiles. Pero creo que son tendencias cíclicas y que posiblemente en la siguiente generación cambie. Apuntaré también que cuando yo era joven, montábamos en bici y no llevamos cascos, y años más tarde me sorprendía como los niños empezaban a llevarlos. Y por un lado me parecía raro pero por otro lado te protegía la cabeza. Y quizá suene raro pero también era bueno caerse sin casco y saber reaccionar.
La película trata el tema de las relaciones de una noche pero hay personajes que siguen creyendo en el amor antes del sexo, ¿cree que la sociedad ha cambiado más hacía el sexo de una noche o aún hay esperanza?
Creo que esto varía entre las distintas personas. En la película hay dos personajes distintos, uno que está perdido y otro que se siente solo. El se siente solo y esta buscando una relación de amistad, una conexión humana, mientras que ella solo quiere salvar su casa, y no quiere complicaciones. Creo que esto se aplica a esta generación, creo que tienen dificultades para establecer conexiones, y el no quiere el rollo de una noche, él quiere una historia de amor completa.
¿Cómo fue la búsqueda del actor protagonista, Andrew Barth Feldman?
No se cuantas grabaciones llegue a ver. Quizá llegue a las 700 cintas de gente. El segundo día vi a Andrew y pensé que si esto es lo peor a lo que podemos aspirar, todo va ir muy bien. El tiene todo lo que buscábamos, capacidad para la comedia, profundidad y componente emocional que requería el personaje. Y le íbamos a poner frente a una actriz oscarizada y reconocida por la industria. Y lo que hicimos fue una prueba de química, la rodamos, y nos fijamos en que él defendía muy bien su terreno. Ella no le eclipsaba en pantalla y además parece que se mejoran mutuamente.
Los adolescentes de la cinta son muy diferentes de los adolescentes de los años 80, que antes ha mencionado. En la secuencia de la fiesta se hace un chiste sobre ello. ¿Cómo ve a los adolescentes actuales?
Son tiempos diferentes y personas diferentes. La secuencia que comentas, la de la fiesta, la estamos percibiendo a través de la mirada del personaje de Jennifer Lawrence, y queremos esa visión para crear el efecto comedia. Son distintas generaciones. Pero también podemos ver esa escena desde los ojos de los adolescentes y obtendremos un tipo de comedia diferente. Además ella se está moviendo en un entorno que le es desconocido, que le es difícil. Y no es solo una diferencia entre generaciones, también lo es entre clases, una más acomodada y ella que proviene de la clase obrera. Contamos con esa yuxtaposición.