Terry Gilliam: «Sería bonito ver alguna vez una Doña Quijota»

Tras más de veinte años de espera ya tenemos aquí El hombre que mató a Don Quijote, la última obra de Terry Gilliam (El teorema zero), que estuvo en Madrid presentado la película y esto fue lo que nos contó:

Jonathan Pryce y Terry Gilliam en el rodaje de El hombre que mató a Don Qujote

Jonathan Pryce y Terry Gilliam en el rodaje de El hombre que mató a Don Qujote

Se ha basado en una obra literaria universalmente conocida, como es El Quijote, y tiene algunas películas en las que se ha basado en otras obras literarias como fueron Las aventuras del barón Munchausen, y otras que no han salido como Mark Twain ¿Cómo un director tan visual como usted toma como referente obras literarias?

Siempre me he inspirado en la literatura, me parece que el cine es como algo secundario, y hace que la gente piense. Un libro genera una relación personal con el escritor, por eso son tan especiales, porque te presenta su visión del mundo y puedes estar de acuerdo o no, yo, como cineasta, tengo que trasladar eso en imágenes. Y por eso me gustan, porque me ayudan con mi imaginación y arrampló con algunas ideas que luego convierto en mi película.

 ¿En qué se parece el Quijote que vemos en la pantalla en comparación con el que usted tenía en mente cuando comenzó con el proyecto?

La principal diferencia es que el Don Quijote que yo tenía en mente era Jean Rochefort y el que tenemos se parece a Jonathan Pryce. Pero eso no es malo, porque Jonathan aportó tantas ideas nuevas y buenas al personaje que se me disiparon enseguida las dudas. Sus aportaciones fueron extremadamente interesantes, cada día cambiaba cosas y era fascinante asistir al proceso, porque mi mente seguía atrapada en el Quijote de Jean Rochefort, y Jonathan rompió eso y creó uno nuevo, muy divertido y lleno de vida. Y me alegro de como ha quedado en pantalla.

Ha tardado veinte años en hacer su Quijote, ya lo tenemos aquí, ¿qué podemos esperar de Terry Gilliam después de esto?

No tengo ni idea. Estoy vacío. No tengo planes, no tengo ninguna película en mente. Leeré más libros a ver de dónde robo más ideas para próximas películas (risas).

Viendo sus películas se nota un gusto por la libertad y lo políticamente incorrecto y me gustaría que valorara cómo un director como usted se enfrenta al momento actual en el que lo políticamente correcto parece la norma a seguir. ¿Y cree que el Quijote podría publicarse hoy?

No lo sé, porque el mundo no ha salvado el mundo y mi película tampoco lo va a solucionar. Vivimos en un mundo caótico, es una locura, cada vez más represivo. La gente tiene miedo de hablar con franqueza, todo el mundo está preocupado por si ofende al otro. Todo el mundo es una víctima de lo que se ha dicho, así que me voy a refugiar como Cándido en mi jardín hasta que el mundo explote y venga uno nuevo.

Después de esta experiencia, ¿ama más a España o está deseando salir corriendo?

No, me encanta España porque no tengo que meterme en la política, en ese punto de vista soy solo un turista.

La relación quijotesca es la del loco que contagia al sano y el sano que contagia al loco y creo que este tipo de dualidad es un referente en su cine y me gustaría que me hablara de por qué le gusta tanto este elogio a la locura en sus creaciones.

Mi mujer me dice que siempre hago la misma película, que lo único que hago es cambiar el vestuario (risas). No pero no sé qué decirte, en mi cabeza hay una constante lucha entre la realidad y la imaginación, de hecho, me encanta volar, y soy capaz de hacerlo por un metro sobre el suelo (risas). Cada vez que hago una película trato de acercarme al mundo, pero tengo una lucha entre la realidad y la realidad que me deja la cabeza loca. Y esa locura en mis películas siempre me fascina, por eso siempre trato de que haya un loco o un niño, porque un niño es tan inocente como un loco a veces.

La idea para esta película salió de un anuncio publicitario hace ya más de veinte años ¿Qué estaba tratando de decir con ello?

Empiezo con una mentira, y de ahí paso a algo mucho más real. La publicidad es incitar a la gente a tener sueños que no son verdad. Así que debemos castigar el negocio de la publicidad. En 2002 hice un anuncio para Nike y me pagaron por 10 días de trabajo más dinero de lo que había ganado en los dos años anteriores haciendo esta película. Me dejé corromper, pero gané algo de dinero. Es fácil ser corrompido por estas cosas, por eso es gracioso ver al principio de la cinta a Adam vendiendo comida para perros. Yo hago anuncios cuando estoy deprimido o estoy algo mal de dinero.

¿Alguna vez a pensado que el Quijote podría ser una mujer?

Yo bromeaba con Joana sobre eso. Le decía que la próxima película que hiciera sería Doña Quijota y sería con ella. Pero lo que sí tengo claro es que no podría escribir un Quijote femenino. Esa es tarea para una mujer. La imaginación de las mujeres es distinta de la de los hombres. Así que salid de la cocina y escribid Doña Quijota (risas). Aunque creo que Borges escribió una Quijote y nunca se publicó. Sería bonito verlo.

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