Con motivo del estreno en cines de Snowden, la nueva película de Oliver Stone (Salvajes), tuvimos la oportunidad de hablar con él en el marco del 64 Festival Internacional de Cine de San Sebastián donde se presentó la película en la sección oficial fuera de concurso. La película relata toda la historia de Snowden, desde que entra en la NSA hasta que lanza al aire las escuchas ilegales del gobierno de EEUU:
¿Cuál fue tu primera reacción al enterarte de todo lo que se produjo con Snowden?
Mi primera reacción fue positiva, asombroso, y lo apoyé. No como cineasta, sino como persona. Algunos ya estábamos pensando que George Bush realizaba escuchar ilegales a los americanos. Es interesante que la historia de las escuchas llegó en 2004, pero en The New York Times no publicaron hasta 2005 por miedo a que esto fuera en favor de John Kerry. Y había miedo a que se hubiera podido matar la historia, como pasó con los papeles del Pentágono del 72.
¿Cómo fueron sus reuniones con el verdadero Snowden?
Fueron de negocios. Él es muy serio, muy sincero, honesto y locuaz, pero también tímido y antisocial. Tenía miedo que todo esto volviera a estar encima de él. Todo el material que él tiene es muy complejo, pero siempre nos sentimos más atraídos por la historia de una persona a nivel humano, que por una pila de documentos. Pero mi opinión es la que era la misma persona al principio y al final de las reuniones, una persona humilde y que estaba aterrorizado por el resultado de la película, pero entendía el porqué, por eso quiso cooperar más.
Cuando la noticia salió en las noticias, en Europa la gente joven tildó a Snowden de valiente por sacar adelante eso, pero en EEUU es tildado de traidor ¿Por qué cree que es así?
En Europa vivís más cerca de la realidad que en EEUU. No se le tildaba de traidor, sino un delatador. El gobierno no para de lanzar el mismo mensaje, que es que había traicionado a la NSA y a las personas, entonces por eso la gente comenzó a decir eso de traidor. El 65% de los americanos se creen ese mensaje de que era un traidor, y en Europa sería al revés. En cuanto a la cinta, un porcentaje parecido no va a ir a ver la película, porque no creen que sea verdad. Esto demuestra el poder de la propaganda gubernamental y esto también podría ser una guerra informativa, más que una guerra informática.
Hemos visto a lo largo de estos años algunos documentales que han relatado cosas de la NSA, incluso en Citizenfour, pero ¿qué punto de vista tiene usted de todo esto, teniendo en cuenta que su película es ficción?
Si crees que es una ficción…bueno. Esto es una dramatización de nueve años de la historia, pero no es un documental. Lo hemos hecho tan dramático como el material se merecía. Está basado en hechos reales, pero hay momentos que están dramatizados. Por ejemplo, hay 180 proyectos en la NSA y Snowden estaba implicado en uno o dos, y también había como siete u ocho supervisores, y lo hemos condensado en uno. Creo que estamos muy cerca de la verdad en todo momento y en donde no hemos podido sacar la verdad, hemos pensado en situaciones paralelas. No hay ni una imagen en esta película que no crea que sea verdad. Hay un documental de Friedrich Moser, El buen americano, y de William Binney que se metieron en problemas por tirar de la manta de la NSA. Hay muchos otros que se han metido en problemas por sacar esta información. Es increíble que tan poca gente que ha trabajado en la NSA que no digan nada y hay muchos americanos que no saben lo que está sucediendo en su país.
¿Te reuniste con Laura Poitras, directora de Citizenfour? ¿Cómo trabajaste con Joseph su papel?
Conocí a Laura dos veces, una en Las Vegas en 2012, antes de salir todo lo de Snowden, en una conferencia de Hackers. Había un alto cargo de la NSA que estaba buscando hackers para trabajar en la NSA. Laura estaba muy implicada en la lucha por la libertad en la red, y fue recomendada por Snowden. La otra vez, fue en Berlín, pero no quiso compartir nada de su material con nosotros. Su documental es muy bueno, pero creo que la nuestra es más grande, ya que ella no toco el tema de Lindsay o de la epilepsia. Estamos en medio de una guerra cibernética o de drones. En cuanto a Joseph Gordon-Levitt (The Walk (El desafío)), le llamé porque le vi en alguna película y me parecía que físicamente era muy similar, además, él también tiene un lado nerd. Además, cuando le llamé ni se lo pensó para aceptar el papel.