Seamos sinceros, muchas veces cuando como críticos nos enfrentamos a las películas nuestros prejuicios hacen aparición ante que propuestas. No es lo mismo enfrentarte a la primera entrega de una saga que a la tercera. Con Venom pasa algo parecido, todos cogimos con fuerzas la primera de las aventuras del simbionte con Eddy Brock, el resultado fue una cinta entretenida pero lejos del nivel que seguramente muchos fans esperábamos. Su segunda entrega, Venom: Habrá matanza, directamente ha pasado al olvido más absoluto. Por eso los prejuicios con su tercera entrega hacían que fuéramos a ver la película con ojos de que íbamos a ver la debacle definitiva del universo de Marvel dentro de Sony. Pero no esperaba por ningún momento encontrar en Venom: El último baile una buddy movie como la primera entrega, alejándose todo lo posible de la segunda, y dejando que la relación entre Eddy y Venom sea el motor de la historia. El resultado es una cinta divertida, dinámica y que desde el principio va directa al grano. Solo tiene algún momento de vergüenza ajena realmente sonrojante, pero el resto es una cinta de acción/comedia digna que sirve como una despedida perfecta para el simbionte.
Venom: El último baile no se enreda en explicar en ningún momento donde están nuestros personajes, simplemente da por sentado que lo sabes, es por eso por lo que la acción de la cinta no se detiene demasiado y comienza como un cañón presentando a los protagonistas, los nuevos personajes y al villano de esta tercera entrega, Knull. Después de todo eso comienza lo que, seguramente todos esperábamos, una cinta llena de mamarrachadas, llena de humor al estilo Venom y más de una escena sonrojante. Por suerte, esto ultimo no es tan alarmante como en su segunda entrega, aunque vuelve a tener una secuencia de baile que hará que nos pongamos las manos en la cara. Por lo demás, Venom: El último baile abraza de nuevo aquella buddy movie que nos regaló su primera entrega y los dos protagonistas vuelven a ser el hilo conductor de la cinta, alejándose de villanos venidos a mas o de tramas que realmente no interesan. Eddy y Venom en todo momento tienen una relación donde parece que en cada secuencia puede ser el final de todo. Incluso en todo momento hacen referencias a películas como Thelma y Louise, anticipándonos en posible final que puede que tengan nuestros protagonistas.
Creo, además, que en esta Venom: El último baile es la primera vez en la saga que consiguen que tengan momentos de calma, momentos donde los personajes respiran y sirven también como una especie de introspección para ellos mismos. Estás secuencias pueden ser las de Space Oddity y una conversación entre los dos personajes que sirve como una carta de amor entre ellos. Al final, Venom: El último baile sirve para cerrar todas las heridas que ocasionó su segunda entrega, donde ninguna de las ideas que presentaba terminaba de cuajar, pero aquí las cosas si funcionan bastante mejor. Tom Hardy, que participa en la historia y en la producción de esta, consigue un Eddy Brock ya pasado de vuelta y con el que es fácil empatizar ante lo que está por llegar, porque la cinta también se puede analizar desde esa situación de querer dejar una parte de ti atrás pero no poder con ello. Pero sin duda la gran sorpresa de la cinta es Juno Temple, que consigue con su doctora Payne convencer y ser, quizás, algo más en el futuro.
Venom: El último baile es mejor que su segunda entrega, algo que no era demasiado difícil de conseguir, pero aquí todas las pegas que se le podrían poner quedan relegadas por ofrecer, de nuevo una buddy movie divertida, llena de ritmo y de momentos de introspección que no esperaba encontrar en una tercera entrega del simbionte. Quizás la mayor decepción sea Knull, relegado a ser simplemente un futuro que no sabremos si llegará algún día. Por el resto, aquellos que disfrutaron de la primera entrega con esta lo harán también, pero quienes busquen algo diferente a lo que la saga ha ido ofreciendo a lo largo de los años, que se olviden por completo. Es una cinta disfrutona que hace disfrutar en sus poco más de noventa minutos. Ha sido un ultimo baile realmente digno y, al final, si que hubo redención.