El director coreano afincado en Hollywood Kogonada (Despidiendo a Yang) firma Un gran viaje atrevido y maravilloso, la que hasta ahora puede ser su cinta más mediática gracias a sus dos estrellas protagonista: Colin Farrell (El Pingüino) y Margot Robbie (Barbie). Un gran viaje atrevido y maravilloso pretende ser una cinta romántica de buen rollo pero acaba siendo un rollo cuasi dramático que intenta emocionar sin conseguirlo. Gran parte del problema se debe a la nula química entre su pareja protagonista y en la preocupación en las formas por encima del contenido.
Un hombre con problemas para amar conoce a una mujer con una tara similar. Ambos realizarán un particular viaje para reconciliarse consigo mismos y volver a creer en el amor. El libreto de Seth Reiss (El menú) es bastante onírico y fantasioso, recordando mucho a las historias del director francés Michel Gondry (Olvídate de mí), pero no termina de funcionar. Tras un presentación de personajes y un planteamiento interesante, la cinta se desmorona. El viaje se hace eterno y la solución se antoja poca satisfactoria. Un gran viaje atrevido y maravilloso pretende ser una cinta romántica sobre la falta de comunicación pero todo ello se va perdiendo por la carretera sin saber que rumbo nos quiere mostrar.
Kogonada cumple en su función de director presentando cuadros perfectos con una estética muy bonita (atentos a cada puerta en medio de la nada perfectamente simétrica con el horizonte) y donde los colores alegres predominan sobre los claroscuros. Es decir, estamos ante una dirección apropiada para comedia o película de buen rollo, pero la historia es otro cuento. Cabe destacar el momento musical en el instituto como una de las grandes escenas de la película y una muestra de la capacidad de Kogonada como realizador. Pero quien engrandece la cinta es el compositor japonés Joe Hisaishi (El chico y la garza) quien pone música en perfecta sintonía con las imágenes, algo que también ocurre con la canciones, aunque muchas de ellas suenen en tono melancólico como el clásico Let My Love Open The Door de Pete Townshend interpretado por la cantante japonesa Mitski.
Aunque a muchos les cueste reconocerlo Farrell es uno de los mejores actores del Hollywood contemporáneo, y aquí demuestra toda su versatilidad. Desde su momento tristón al principio de la cinta hasta el momento en el que arranca a cantar, Farrell es, sin lugar a dudas, todo un portento. Lastima que la química entre el irlandés y Margot sea nula, pues la intérprete de El lobo de Wall Street tampoco lo hace mal, en especial en sus primeras escenas donde juego al despiste con el protagonista. De Phoebe Waller-Bridge (Amigos imaginarios) y Kevin Kline (Disclaimer) hablamos otro día, pues se puede considerar más cameos que papel secundario debido al poco tiempo que aparecen en pantalla.
En resumen, Un gran viaje atrevido y maravilloso es una cinta fallida. Sobre el papel apunta bien pero a la hora de poner el proyecto en imágenes, la poca química entre sus protagonistas, el no saber a qué género pertenece, y algunos pasajes que denotan que se han quedado en la sala de montaje muchas cosas, la abogan al fracaso a pesar de sus buenas intenciones.
Lo mejor: La música de Joe Hisaishi.
Lo peor: Nunca termina de emocionar.
Puntuación: 4/10


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