La nueva película de Ghost House Pictures (compañía especializada en el terror propiedad del director Sam Raimi (Spiderman) y el produtor Robert G. Tapert(El grito) es una producción de 14 millones de dólares que nos cuenta la historia de Clyde Brenek (Jeffrey Dean Morgan, el comediante de Watchmen), un entrenador de baloncesto universitario que acaba de divorciarse de su mujer, Stephanie (Kyra Sedgwick (Phenomenon)). Clyde y Stephanie tienen dos hijas, Hannah (Madison Davenport (Shameless)) de 14 años, y Emily (Natasha Calis (La tapadera)) de 10, que ahora viven con la madre. Las dos niñas pasan los fines de semana con su padre, y este compra una casa nueva más grande para estar mejor con sus hijas. Un día, Emily, la hija menor, encuentra una caja muy especial en un mercadillo callejero. Por supuesto, Clyde se la compra y los tres se van a casa. Poco a poco, Emily comienza a “cambiar”, a escuchar voces y susurros que provienen de la caja… y extraños fenómenos se suceden sin explicación alguna. Resulta que la caja de Emily es en realidad una caja Dybbuk, que según la mitología judía sirve para atrapar espíritus y demonios malvados. Este tipo de cajas tienen el poder de retener al espíritu hasta que alguien abre la caja otra vez. Por supuesto… la caja será abierta, el demonio que habita dentro será liberado, poseerá a la pequeña Emily… y se liará parda.
La premisa de The Possession (El origen del mal) es bien sencilla. Un relato de terror clásico que se apoya en un “MacGuffin” (en este caso la caja) para narrar una historia que bebe de clásicos del género como Terror en Amytiville o El Exorcista entre otras. Sigue el patrón de “terror cotidiano”. En este caso la caja, las niñas, una casa… gente normal en una situación extraordinaria, mezclando todo tipo de referencias a otras películas que en el pasado lograron convertirse en clásicos del terror.
Pero atención, The Possession (El origen del mal) pertenece a ese otro subgénero del terror con el epígrafe “Basado en hechos reales”. Y esto es lo que más miedo da. Y no es porque nadie llegue a creerse que lo que nos cuenta la película pueda llegar a ser un hecho real, sino que este tipo de películas “basadas en hechos reales” caen siempre en la misma trampa. Todas comienzan con un hecho sobrenatural muy velado. En este caso, el prólogo de la película nos muestra a una mujer en su casa acosada por los susurros de la caja. Esta mujer toma un martillo y cuando se dispone a destruir la caja, de pronto “algo” (al más puro estilo El Ente) la da una paliza casi mortal. Bien. Pero recordad que estamos en una película de terror producida por Sam Raimi, el mismo tipo que dirigió la trilogía Evil Dead y Arrástrame al infierno… si Raimi pone la pasta no va a conformarse solo con eso. A lo largo de la película iremos viendo como los fenómenos extraños se vuelven cada vez más brutales hasta llegar a un clímax final lleno de efectos especiales… que recuerda demasiado a El Exorcista, para que negarlo. Lo de los “hechos reales” se va olvidando en favor de la irrealidad del relato conforme la película avanza.
The Possession (El origen del mal) está dirigida por Ole Bornedal, cineasta danés que en su día sonó internacionalmente por la interesante película El Vigilante nocturno y su remake americano con Ewan McGregor (Trainspotting) y Patricia Arquette (Amor a quemarropa) que el mismo dirigió y se tituló en España La Sombra de la noche. Bornedal tiene estilo visual… pero el tipo se maneja con torpeza en producciones de cierto calado como esta. Es como si perdiera su personalidad en favor del estudio que pone la pasta. Así, la película tiene una puesta en escena interesante, con preciosos planos cenitales para situar las secuencias… encuadres muy bien ejecutados… y dirigiendo a los actores con solvencia. Pero poco más. En control sobre la producción de un peso pesado del cine como Sam Raimi se nota demasiado y le resta autoridad a la película, para dejar un producto demasiado convencional.
Como apunte final, decir que el primer montaje de la película recibió la clasificación R por parte de la MPAA (la Motion Picture Association of America), agencia encargada de clasificar las películas en EEUU. La clasificación R quiere decir que los menores de edad solo pueden entrar en la sala acompañados de un adulto. Las películas de terror clasificadas R gozan de muy mala fama entre los exhibidores americanos. Así que la película fue remontada para suavizar los momentos más truculentos hasta recibir la clasificación PG-13 (algo así como el No recomendada a 13 años en España).Pero… es que las películas de terror PG-13 gozan de muy mala fama entre los fans del género porque resultan en exceso suaves, infantiles, sin sexo ni violencia explícitas.
En resumen, The Possession (El origen del mal) es una película tan bien hecha como sencilla y olvidable, donde la novedad reside en ver un exorcismo judío en vez del clásico exorcismo católico o ritos cristianos que hemos visto en varias películas para echar a algún espíritu maligno. Terror light para chavales que se inician en esto el cine de terror… y ya está. Eso si… mención especial al reparto al completo. Todos los actores están espléndidos. Desde las dos niñas pasando por cada uno de los adultos… hasta el cantante de origen hebreo Matisyahu que interpreta al rabino exorcista… quizás el papel más llamativo de la película.
Lo mejor: La secuencia más truculenta de la película. Ojo a lo que le ocurre al personaje interpretado por el guaperas ex actor de Melrose Place Grant Show… no digo más.
Lo peor: Es una película demasiado “suavizada”. Apenas tiene sustos, carece por completo de sangre, e incluso presenta demasiados trucos reconocibles… para los fans del terror resulta demasiado sencilla.
Puntuación: 5/10
Sin comentarios
Trackbacks/Pingbacks