The End of the Tour: David Foster Wallace sin filtros

No lo ha puesto nada fácil James Ponsoldt (Aquí y ahora) en The End of the Tour, su película sobre el escritor David Foster Wallace, en realidad centrada en la entrevista de cinco días que le hizo David Lipsky para Rolling Stone a mediados de los años 90 del pasado siglo. No lo ha hecho porque ha prescindido de cualquier filtro a la hora de retratar a un escritor tan genial en sus letras, unánimemente aclamado hasta su suicidio en 2008, como insulso en su vida ordinaria. Wallace no era un tipo fascinante y Ponsoldt no ha querido mostrarle como lo que no es. No incita con su película a descubrir su obra, apenas ligeramente y por mucho que se sucedan diálogos intensos con Lipsky que podrían tener ese fin. Y sin embargo, sí logra algo que, a la vista de esta descripción del filme, parecía complicado: engancha desde lo cotidiano.

Jesse Eisenberg y Jason Segel en The End of the Tour

Jesse Eisenberg y Jason Segel en The End of the Tour

Buena parte de que se tengan esas sensaciones radica, eso sí, en la labor de los dos actores principales, protagonistas en solitario y con apoyos muy puntuales de la práctica totalidad de la cinta, Jason Segel (Sex tape. Algo pasa en la nube) y Jesse Eisenberg (American Ultra), esquivando los dos cualquier atisbo de caricatura o ridiculez en que podría haber caído un retrato tan poco usual como este. Los dos llevan el peso de la historia casi como si se tratara de una obra de teatro de escenario continuamente cambiante, y lo hacen francamente bien para la dificultad que tiene la propuesta. Porque, en el fondo, los suyos son diálogos aparentemente cotidianos, normales, más relativos a la vida de Wallace que a su obra, lo que en realidad separa la película de lo elitista y lo acerca a algo, quizá, demasiado cercano. El inalcanzable escritor es, en realidad, una persona normal. Y eso no es fácil de retratar.

Por eso sí se puede decir que Ponsoldt al menos mantiene el control de su criatura y deja que su punto fuerte, Segel y Eisenberg, sorprendentemente trágico el primero y sorprendentemente contenido el segundo, sirva como eje primordial del filme. No podía ser de otra manera, porque ellos monopolizan prácticamente todos los planos de la película, pero su trabajo es igualmente bueno porque consigue que la falta de fascinación de la que en realidad adolecen sus personajes no sea un obstáculo insalvable para ellos. No obstante, ahí está, además del mérito interpretativo, el principal problema de la película. La ausencia de filtros, y por tanto de una información muy concreta sobre el personaje, desemboca casi en la necesidad de conocer a Wallace de forma previa para que la película entre con más suavidad. No conocerle es el riesgo al que hace frente The End of the Tour.

Jesse Eisenberg en The End of the Tour

Jesse Eisenberg en The End of the Tour

Y es ahí donde la película tiene que tirar de la genialidad de sus dos intérpretes para no perder la atención del espectador. No estamos viendo al escritor extraordinario destacando en esa faceta, tampoco a un periodista sin igual que logre el mejor artículo de su carrera. Se llega al final de la película sin comprender del todo dónde está esa extraordinaria historia con la que Lipsky convence a su editor de Rolling Stone de romper una costumbre de una revista que nunca había entrevistado a escritores. Lo único que se propone está en esas dos personas, dos hombres, cuyos intelectos chocan, cuyos egos se llegan a enfrentar, cuyas envidias y problemas personales se cruzan, pero sin que la película como tal consiga sublimarles por encima de lo que vemos, la cotidianidad de un escritor llegando al final de la gira de promoción de su último libro.

The End of the Tour tiene momentos bastante intensos, diálogos que alcanzan una enorme categoría y, como se ha mencionado, dos grandes actores. Pero casi todo lo que toca se mueve en una ligera indefinición temática e incluso intelectual. Puede que la realidad, el libro escrito por el propio Lipsky para contar su experiencia con Wallace, sea un límite imposible de esquivar, pero eso mismo es lo que permitirá que los iniciados disfruten mucho más con su adaptación que quienes no sepan nada de este sobresaliente y influyente escritor al que con tanto denuedo da vida Segel.

Puntuación: 6/10

Ficha artística y técnica

USA. Dirección: James Ponsoldt. Interpretes: Jesse Eisenberg (David Lipsky), Jason Segel (David Foster Wallace), Mamie Gummer (Julie), Anna Chlumsky (Sarah), Ron Livingston (David Lipsky’s Editor), Joan Cusack (Patty). Guion: Donald Margulies; basado en el libro de David Lipsky. Producción: James Dahl, Matt DeRoss, David Kanter, Mark C. Manuel y Ted O’Neal. Música: Danny Elfman. Fotografía: Jakob Ihre. Montaje: Darrin Navarro. Diseño de producción: Gerald Sullivan. Vestuario: Emma Potter.

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