A casi todo el mundo le gusta un buen monólogo y si corre a cargo de nuestro cómico favorito, mejor que mejor. Pero otra cosa muy distinta es que un director tenga la valentía de contar la historia de un monologuista con cameos varios de los mejores cómicos de este país. Podría haber funcionado, pero no ha sido el caso. Sujétame el cubata dirigida por Fernando Ayllón (Socios por Accidente) y escrita por J.J. Vaquero (Ni de coña) y Carolina Noriega (Machos Alfa) narra cómo el cómico Vaquero hará lo imposible por salvar su bar, lo que implicará meterse en mil líos, como idear planes a espaldas de su mujer o enredar a sus amigos con planes disparatados.
La idea de pasar a la gran pantalla las vivencias de un cómico como J.J. Vaquero parece una buena idea sobre el papel, y sobre todo cuando el hilo conductor de la historia es un monólogo de este, sustituyendo de esta manera la voz en off y siendo de lo más original. Sin embargo, y lamentándolo mucho, la película no deja de ser un intento de ser graciosa (sin serlo, y eso que aparecen algunos de los mejores cómicos de nuestro país y ni así) y con un guion que, aunque no desastroso, bastante aburrido, y caótico por momentos. Estamos ante un humor que ya no funciona y menos para integrarlo en un largo. La constante aparición de Vaquero contándonos la película es un constante lastre que no ayuda a impulsar la historia y se convierte en algo bastante difícil de digerir y disfrutar.
Sus protagonistas y secundarios hacen lo que pueden, y realmente no podemos hablar mal de ninguno de ellos, destacando a Fernando Albizu (Las abogadas), pero realmente se nota que aparecían por ahí para hacerle un favor a su amigo Vaquero en este proyecto arriesgado pero fallido. Incluso podríamos hablar de gags que sueltos podrían funcionar: por ejemplo, la escena de los amigos hablando en el bar en la que aparece Dani Rovira (El bus de la vida), o el momento de Goyo Jiménez (Sin novedad) con su hija y “sus americanos”.
Sujétame el cubata puede hacer felices a los seguidores de J.J. Vaquero pero le tienen que querer mucho para poder salir contentos de la proyección. Las intenciones son nobles, la historia tiene su cierto interés, pero su forma de narrar hace que sus 96 minutos se hagan algo eternos y lo casposo predomina durante todo el rodaje, y ni siquiera el mejor chiste puede salvar una cinta como esta.
Lo mejor: Ver a los cómicos que tanto queremos.
Lo peor: Todo el resto.
Puntuación: 3/10


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