Su Majestad: El reinado de Pilar

Su Majestad aparece como una propuesta fresca y audaz en el panorama de la comedia española, creada por Diego San José y Borja Cobeaga, conocidos por su habilidad para la sátira mordaz, con series o películas como Pagafantas, Fe de etarras o Vota Juan. La serie se adentra en los entresijos de la monarquía española, ofreciendo una mirada humorística y crítica que desafía las convenciones, teniendo como referente acontecimientos de la corona que se ven reflejadas dentro de la propia serie. Con un guion divertido y unos diálogos ágiles, la serie explora las tensiones entre la tradición y la modernidad, utilizando la figura de la monarquía como un espejo de la sociedad. La premisa de una joven princesa que debe asumir el trono inesperadamente permite abordar temas como el poder, la responsabilidad y la imagen pública con un toque de irreverencia, pero quizás se queda corta a la hora de ser mucho más gamberra, algo a lo que Cobeaga y San José nos tienen acostumbrados. Pero aún así, la serie, es realmente divertida y consigue entretener desde el primer minuto, dejando capítulos para el recuerdo (el de los jueces borrachos de fiesta es de aplauso continuo).

La serie no teme abordar, en ningún momento, temas controvertidos relacionados con la Casa Real, siempre desde la perspectiva de la comedia y buscando generar reflexión y debate, creo que es hora de que por fin se pueda hablar de la Casa Real en la ficción española y no tenerla de fondo como en la mayoría de las obras españolas. La intención de Cobeaga y San José no es hacer una réplica exacta de la realidad, sino más bien utilizar la figura de la monarquía como un vehículo para explorar aspectos de la sociedad española, pero teniendo muy presente la actualidad, algo que hace que la trama se nutra de ello y hacerlo más relevante para los espectadores. Cada capítulo consigue que nos interesemos más por la vida de Pilar y, en muchos momentos, conectar con ella de una manera única, viendo en ella a una mujer que únicamente quiere disfrutar de la vida y alejarse de todo el ruido público, aunque sea un personaje público. La serie consigue perfectamente que, aunque la monarquía no nos interese demasiado, podamos empatizar con ella.

Anna Castillo, en el papel de la princesa Pilar, ofrece una de las mejores interpretaciones de su carrera siendo uno de los pilares fundamentales de la serie. Su actuación transmite la complejidad y la humanidad de un personaje que se debate entre el deber y el deseo de vivir una vida normal. Pilar es una joven moderna y desenfadada, obligada a asumir un rol para el que no se siente preparada y, Anna Castillo, captura a la perfección esa mezcla de inseguridad y determinación. Su frescura y naturalidad hacen que el personaje sea cercano y creíble, y su versatilidad le permite navegar con soltura entre los momentos cómicos y los más emotivos. Ernesto Alterio, por su parte, interpreta al secretario del rey, un hombre leal y discreto que se encarga de gestionar los escándalos y las meteduras de pata del monarca. Alterio aporta su característico humor y elegancia a este papel, creando un personaje entrañable y divertido. Su química con Anna Castillo es palpable y consiguen que sus interacciones sean creíbles en todo momento.

En resumen, Su Majestad se suma a la tendencia de series que utilizan el humor para abordar temas complejos y generar debate social. La combinación de un guion ingenioso, actuaciones sólidas y una dirección cuidada hacen de esta serie una propuesta original y refrescante. Anna Castillo se consolida como una de las actrices más talentosas de su generación y, su interpretación de Pilar, aporta una nueva dimensión a la figura de la princesa, mostrándola como un personaje complejo y lleno de matices. Una serie divertida y que conseguirá sacar más de una carcajada.