Spiral: Saw: Más y peor de lo mismo

La saga Saw, si soy sincero, no debería haber sobrepasado una única entrega. Aquella Saw, de 2004, cambió en parte la forma de entender el cine de terror dejando de lado los jumpscares y siendo un terror mucho más físico, más sangriento y proponiendo un giro final que dejaba al espectador atónito. Aquella Saw era simple, sus máquinas mortíferas eras asumibles y sabía mantener la tensión con dos personajes encerrados en un cuarto de baño. Aquella entrega la dirigió James Wan (Aquaman) y dejó ver que estábamos delante de uno de los nombres más importantes dentro del terror. Las siete secuelas que continuaron aquella han caído en el olvido, ya que básicamente eran para ver quien inventaba la máquina mortífera más surrealista de todas, y de las cuales era imposible librarse para intentar sobrevivir. Ahora, en pleno 2021, parece que alguien ha tenido la gran idea de revivir una saga que debería haber terminado hace tiempo. Spiral: Saw es el intento de reiniciar la saga con nuevos personajes, nuevo villano, pero sin olvidar lo que hemos tenido en el pasado. La cinta es un cúmulo de clichés, de malas decisiones, peores diálogos y con un Chris Rock, abanderado de este reinicio, al que no te crees en ningún momento. Una cinta realmente olvidable.

Chris Rock en Spiral: Saw

Chris Rock en Spiral: Saw

Esta nueva entrega venía apadrinada por Chris Rock, quien quería darle una vuelta a la saga. Viendo el trailer podíamos ver como se intentaba coger lo viejo para que lo nuevo llegara. Se intuía como parecía que nos enfocábamos más en el thriller policial que en los asesinatos en sí. Pero viendo el resultado final, Spiral: Saw sigue siendo lo mismo que hemos visto en las ocho entregas anteriores sin ni siquiera molestarse en intentar dar algo nuevo o no repetir procesos. Spiral: Saw empieza con el clásico asesinato para lanzar la historia y termina con un giro de guion que ves venir desde el minuto uno. Aquí no existe las sorpresa que podíamos ver en anteriores entregas y que nos hacía volvernos a la gente en la sala con la boca abierta. También se ha reducido, y mucho, la violencia extrema y gore que ha caracterizado a la saga en general. Tiene sus momentos en los que mucha gente querrá taparse los ojos, pero son dos y contados, el resto o no se ve el asesinato o es de los más light que hemos tenido en la saga desde la primera entrega. El resto es un sin parar de clichés del cine policial, de la saga en general y que en muchos momentos llega incluso a aburrir.

El guion, a parte de todo lo dicho, tiene diálogos y situaciones realmente difíciles de defender. Tiene por momentos cierto tono machista, la situación del protagonista en la comisaria es absurda, los conflictos entre ellos son de juzgados de guardia y alguna de las conversaciones entre los personajes realmente te hace pensar como esto ha visto la luz. A eso tampoco ayuda las interpretaciones y que tu protagonista no consiga conectar con el público. Chris Rock parecía que quería redimirse cambiando en parte de registro y dando vida a la saga, pero no lo consigue en ningún momento. Siempre lanza algún chiste, sobre actúa e irrita de verle con los ojos fruncidos durante los noventa minutos de metraje. Max Minghella (La red social) tampoco ayuda como compañero de faenas de Rock y no conseguimos conectar con él. Y Samuel L. Jackson (Los odiosos ocho), bueno, está ya pasado de todo y parece que lo ha hecho para pasárselo en grande fuera de las superproducciones de Marvel. Darren Lynn Bousman regresa a la saga después de dirigir la segunda, tercera y cuarta entrega. Se nota que ha dirigido algunas entregas de la saga porque la marca que ha caracterizado a las películas está ahí, pero su manera de hacerlo sigue siendo convencional y no evoluciona en nada. Eso sí, el tema principal de la saga sigue siendo lo mejor que nos ha dejado, junto a James Wan, estas películas.

Samuel L. Jackson en Spiral: Saw

Samuel L. Jackson en Spiral: Saw

Spiral: Saw vuelve a ser más de lo mismo que hemos visto a lo largo de las ocho entregas anteriores. No sorprende, aunque lo intenta con un giro final que vemos venir desde casi el principio, los personajes son planos, los diálogos absurdos y los asesinatos, la marca característica de la saga, se han vuelto incluso light. Una lástima que una saga que consiguió revolucionar el modo de entender el terror en su primera entrega este sometida a irse por la puerta de atrás y sin posibilidad de redención.

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