Spider-Man: No way home: La madurez del hombre araña

Era complicado saber salir después del final de Spider-Man: Lejos de casa, donde se lanzaba la revelación de quien era el chico detrás de la máscara del trepa muros. También era complicado sobrevivir al hype que se había creado alrededor de una película que apuntaba al multiverso y la aparición de personajes clásicos de la franquicia. Pero Spider-Man: No way home supera todas y cada uno de los obstáculos que podría tener para convertirse, por méritos propios, en una de las mejores películas del Universo Cinematográfico de Marvel y en la mejor aventura de esta nueva etapa del personaje. Jon Watts consigue aunar perfectamente drama, acción y emoción en una película que hará las delicias de los fans del personaje, dando una cinta más épica en lo emocional que en la acción, consiguiendo que Peter Parker/Spider Man alcance una madurez que solo se había llegado a ver en Spider-Man 2, la obra maestra de Sam Raimi. Spider-Man: No way home es una auténtica maravilla.

Zendaya y Tom Holland en Spider-Man: No way home

Zendaya y Tom Holland en Spider-Man: No way home

Es curioso porque, creo recordar, todas las películas del UCM han comenzado varios años o meses después de su película anterior. Con esto me refiero a que entre, por ejemplo, Capitán América: El primer vengador y Capitán América: El soldado de invierno, había pasado un tiempo, no comenzaba justo después de los acontecimientos de la anterior. Spider-Man: No way home arranca justo después de los acontecimientos de la anterior, es más, mientras salen los logos de Marvel Studios y Sony, escuchamos el audio del final de la anterior. Esto hace que inmediatamente nos situemos en un momento concreto, recordemos de donde venimos y que vamos a encontrarnos. A partir de aquí la acción se lanza, sin mirar atrás, y no para hasta que aparecen los créditos finales de la cinta. Todo lo que hay en medio es de una epicidad emocional que pocas veces se ha visto en una cinta de superhéroes, quizás lo más cercano ha sido Eternals. Spider-Man: No way home tiene el don de la sorpresa, al igual que las dos anteriores, y cada minuto en pantalla es una sorpresa tras otra.

Y eso es lo que hace genuina a Spider-Man: No way home, las sorpresas. Siempre digo que es mejor no ver ningún avance de más de las películas, que es mejor dejarse llevar por lo que esperas de ella y que no te estropee el momento un tráiler, un poster o un comentario en las RRSS. Spider-Man: No way home es una cinta llena de sorpresas genuinas, de esas que consiguen hacer que el precio de la entrada valga la pena, de esas sorpresas que harán que los fans tengan la boca abierta en cada fotograma. Aquí no es momento ni el lugar de desentrañar esas sorpresas, es mejor que cada uno vea la cinta por sí mismo y experimente lo que es Spider-Man: No way home. De lo que si se puede hablar es de como consiguen que sintamos que estamos ante un chico que va al instituto, que tiene los problemas que tiene todo adolescente (quitando lo de ser un superhéroe), problemas en casa, problemas de amor, de amistad… todo eso hace que empaticemos con un personaje que es super cercano, que es, como diría él, “tu amigo y vecino Spider-Man”.

Tom Holland y Benedict Cumberbatch en Spider-Man: No way home

Tom Holland y Benedict Cumberbatch en Spider-Man: No way home

Y a todo esto hay que añadir que Tom Holland parece que ha nacido para interpretar a Spider-Man. En las tres películas a conseguido hacerlo suyo, darle carisma, que su rostro sea el del trepa muros. Sabe actuar tanto en los momentos de acción, como los dramáticos y los de comedia pura. Es, posiblemente, uno de los mayores aciertos de reparto de todo el UCM. También está pletórica Zendaya con su MJ. La actriz, que ya es también una estrella mundial, consigue que su personaje no caiga en lo básico, que tenga personalidad y que tenga sus momentos, brillantes todos ellos. Aquí también destaca Benedict Cumberbatch como Doctor Strange, siendo ese nuevo tutor que Peter necesita. El resto de los personajes que aparecen en pantalla es mejor ir descubriendo poco a poco su papel. Spider-Man: No way home es una película que visualmente también recuerda mucho a Spider-Man: Lejos de casa, en especial todo lo relacionado con Doctor Strange. La BSO, de Michael Giacchino, es una maravilla que consigue emocionar, reír y subir la adrenalina en cada una de las notas. Posiblemente es la mejor BSO de Giacchino en los últimos años.

En definitiva, Spider-Man: No way home es una película única, llena de emoción, de acción, de drama, de humor… y todo ello perfectamente conjugado por Jon Watts. Es la mejor película del trepa muros y, para un servidor, top 3 del UCM. Es una cinta llena de sorpresas que es mejor averiguar por uno mismo y no leer nada de ello. Una película magnífica y que consigue rendir tributo a un personaje amado por todos.

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