Si una película que iba a una plataforma, te queda bien y la estrenas en salas de cine, recauda más de 200 millones a nivel internacional con un presupuesto de 17, es de esperar, al menos, una secuela. Y aquí esta, justo dos años del estreno del original llega a las salas de cine Smile 2. Como toda buena secuela sigue el canon establecido por Hollywood, de más de todo: más presupuesto, más terror, más gore, más estrellas en el elenco… Regresa a la silla de director el padre de la criatura, Parker Finn, también guionista, y esta vez la protagonista es la más conocida internacionalmente Naomi Scott (Los ángeles de Charlie (2019)).
Smile 2 arranca unos días después de Smile. Un personaje de aquella enlaza con esta nueva aventura que ahora nos pone en la piel de una cantante de pop que quiere relanzar su carrera tras un tormentoso episodio de alcohol y drogas. Para salvaguardar sorpresas no revelaremos más de argumento. Solo apuntaremos que el libreto es básicamente el mismo que el de la cinta original, pero con alguna variación y con una figura que, quizá, resulte mucho más atrayente que una psicóloga de hospital de emergencias. También se han introducido algunos cambios que pueden recordar a otras cintas que no vamos a citar para evitar revelaciones de la trama.
Finn vuelve a usar una dirección muy apuntalada en planos largos y un buen trabajo de sonido, como ya ocurría en la primera entrega. Pero se nota que ha gozando de mucho más presupuesto, pues el prologo, o escena inicial, es un plano secuencia bastante espectacular plagado de movimientos y tensión. El clímax final, sin ser tan espectacular como se espera, también se desarrolla en un concierto, por lo que ahí se habrá ido también una buena partida de dinero. Y para rematar la faena, la cinta tiene mucha más sangre, vísceras y huesos rotos que su predecesora.
Naomi es la estrella. La actriz inglesa, que interpretó a la Power Ranger rosa en la versión de 2017, nos engatusa desde su primera aparición y nos hace participe de su experiencia. En el momento del tercer acto en el hospital y su posterior secuencia en el coche, esta impecable con sus caras a medio camino entre la angustia y la sorpresa. Esta secuela cuenta con el cameo de Drew Barrymore (Scream (2022)) interpretándose a sí misma en su propio programa de televisión, algo que le da muy buen empaque a la historia. Mención especial para otro abonado al terror, Kyle Gallner (Strange Darling), que bien da en cámara este muchacho.
En resumen, Smile 2 quizá no resulte todo lo original que se podría esperar, pero aún repitiendo la formula de la primera entrega, la cinta funciona y deja muy buen sabor de boca, y con ganas de más. No sería extraño que en 2026 tengamos una nueva secuela, o quien sabe si podría ser una precuela, mostrando el origen de tan magna y lucrativa maldición.
Lo mejor: Es más de todo y es completamente disfrutable.
Lo peor: Apenas hay nada nuevo en el origen de esta maldición.
Puntuación: 7/10