Hace ya cuatro años que arrasó por taquilla Intocable, película que sirvió para que el gran público conociera a Olivier Nakache y Eric Toledano. Aquella película fue una especie de soplo de aire fresco a la comedia francesa que parecía que se había estancado y además sabia dotarla de ese aire dramático social que tanto gusta con tema escabroso incluido. Ahora regresan con Samba, película que intenta repetir la fórmula de Intocable pero a medias. Los directores siguen con sus temas sociales dotándoles de humor y drama, pero en esta ocasión sucumben a la complacencia en una historia que quizás pedía a gritos algún que otro riesgo. Lástima, porque el inicio de la cinta es realmente prometedor.
Olivier Nakache y Eric Toledano toman en esta ocasión el tema de la inmigración ilegal y los sin papeles para contar la historia de Samba, un hombre que se tiene que buscar la vida como puede para ayudar a su familia. Durante estas búsquedas conoce a Alice, una mujer que le ayudará en todo lo que pueda aunque eso signifique saltarse algunas reglas. Samba es una “feel good movie” de los directores franceses. A pesar de ser un tema bastante importante en todo el mundo, los directores franceses se las ingenian para hacer que sonrías durante toda la cinta. Aunque también tiene sus momentos dramáticos. Y eso es de valorar en el cine de estos dos hombres, aunque claro, con tanto buen rollo, al final sabemos como va a acabar todo.
Y ese es uno de los principales errores de Samba. Nakache y Toledano son directores que saben como lidiar con este tipo de películas, lo que les pasa es que intentan mandar un mensaje de ilusión y esperanza que cuando el final pide a gritos que no sea así, ellos se las ingenian para que todo acabe de color de rosas. Al igual que forzar en muchas ocasiones las relaciones de los personajes. En Intocable, por poner el ejemplo más cercano, la relación entre Omar Sy (X-Men: Días del futuro pasado) y François Cluzet (En solitario) era evolutiva, no estaba forzada, era todo muy natural. En cambio, en Samba fuerzan tanto la relación de Omar Sy con Charlotte Gainsbourg (Nymphomaniac) como con Tahar Rahim (El pasado). Y eso se nota en la cinta que avanza de forma acelerada.
Pero aún así, las interpretaciones y la química que tienen los actores es maravillosa. Omar Sy es alguien que cae bien. No puede caer mal. Tiene un carisma innato y quieres que siempre le pase lo mejor. Al igual que Tahar Rahim, que aquí vuelve loco a todo el mundo con la cantidad de nacionalidades que puede tener en una película. Pero sin duda, la alegría más grande es ver a Charlotte Gainsbourg sonreír y no sufrir ninguna aberración como a veces sufre de la mano de Lars Von Trier (Anticristo) y, aunque está tímida, consigue que nos encariñemos con su personaje.
Por lo demás, Samba es una película entretenida que te tiene con una sonrisa en la boca. Peca de ser demasiado complaciente y de forzar todas las relaciones de los personajes, aunque al final sean ellos los que mejor están en la cinta. A pesar de no alcanzar a Intocable, Samba será otro éxito de Olivier Kanache y Eric Toledano. Y sino siempre nos podemos poner a disfrutar de la música de la película, igual de “remember” que en la anterior cinta de los directores.
Lo mejor: La química entre los actores y los bien que están.
Lo peor: Que los directores son demasiado complacientes con todo.
Puntuación: 6/10