La cineasta argentina Victoria Galardi (Cerro Bayo) firma el guión y dirige esta “película” en la que lo pretencioso supera con creces a todo lo demás. Pongo película entre comillas porque dudo que este año vaya a ver algo así de malo. Quizás no se apreciar el tipo de cine que hace esta mujer, pero es que a mi se me hicieron una vida los 85 minutos que dura. De hecho creo (y que conste que tampoco me gusta ser tan picajoso) que aún le sobra metraje, escenas en las que no ocurre nada y que son prescindibles.
La película desarrolla una trama que va dejando cada vez más decepcionado. El argumento está resumido en el cartel de la película: “¿Qué harías si una amiga se enamora de tu ex?”. Vamos, que es una historia muy original, que apenas hemos visto en el cine, claro. La cuestión es que desde el principio no hay sospechas. Todo sucede con total normalidad y claridad. No hay nada que adivinar, nada que esperar… No hay ningún suceso que llame la atención por nada. Para mí es una cinta totalmente insípida, sin razón de ser. Victoria Galardi ha querido retratar tanto lo cotidiano, que se ha caído con todo el equipo en un foso de aburrimiento.
Pensé que iba a haber fiesta tiene un guión que parece escrito sobre la marcha. Parece que a veces quiere hacer hincapié en los personajes pero desde luego no lo consigue, y se queda a medias. Aunque, realmente, no hay nada muy completo en esa fiesta. El rodaje en general se desarrolla en una casa de un barrio bien de Argentina, y Galardi tampoco se complica en ese aspecto. En resumidas cuentas, lo que creo que pasa en este film, es que su directora decidió volar demasiado alto, jugar con algo que puede que aún no estuviera a su alcance.
Quizás el principal reclamo sean las dos actrices principales. Ellas son la argentina Valeria Bertuccelli (Todos queremos lo mejor para ella), y la española Elena Anaya (La piel que habito). Ambas son estrellas nacionales en su país de origen, y a ambas este rol se les queda pequeño. Bien es cierto que a pesar de que tengo una muy buena opinión sobre Elena Anaya, se ve eclipsada por su compañera de reparto. Valeria Bertuccelli hace que Pensé que iba a haber fiesta sea algo atractiva. Elena Anaya lo hace bien, pero nada que ver con los grandes papeles que ha hecho esta joven en nuestro cine.
En fin, sin apenas párrafos me he quedado bien despachado con mi opinión sobre Pensé que iba a haber fiesta. Vamos, que tal y como está la cosa, en pleno enero con la cuenta bancaria temblando, prefiero ir al cine a ver algo más productivo.
Lo mejor: Valeria Bertuccelli.
Lo peor: Prácticamente todo.
Puntuación: 2/10
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