Parece que muchas veces se nos olvida que el cine también es un lugar donde muchas familias se resguardan para estar dos horas disfrutando de una película donde, no solo los adultos disfruten, sino que los pequeños también disfruten y se lleven incluso algunas lecciones que les servirán en la vida. Se nos olvida porque entre tanta cinta de superhéroes o remakes innecesarios, la cartelera se ha vuelto algo perezoso y donde no vale la pena muchas veces gastar nuestro dinero. Pero de vez en cuando alguien se acuerda que el cine familiar, un cine que siempre ha conseguido salir a flote y despuntar en la taquilla, tiene un hueco que llenar. Paddington: Aventura en la selva es la clara muestra de ello. La saga Paddington no tiene película mala, es una saga que sabe en cada entrega ofrecer algo diferente y ser, simplemente, un divertimento realmente increíble. Paddington 2 supuso alcanzar un estatus realmente alto, siendo considerada una de las mejores películas de los últimos años, y ahora con Paddington: Aventura en la selva consigue devolver esa magia al cine familiar que se necesitaba. Quizás no alcanza a su segunda entrega, pero sigue siendo una cinta realmente divertida y emotiva.
Paddington en Paddington: Aventura en la selva
Paddington: Aventura en la selva sigue las andanzas del pequeño oso, símbolo nacional de Inglaterra, en busca de su tia Lucy cuando esta desaparece misteriosamente en el refugio de osos jubilados de Perú. Junto con la familia Brown acudirá en su búsqueda y allí vivirán una aventura única a la vez que se desentraña más sobre el pasado el pequeño oso. Así, resumido de manera rápida, es la sinopsis de esta tercera entrega. Paddington: Aventura en la selva se aleja un poco de lo que ofrecieron sus dos anteriores entregas para regalarnos una cinta más enfocada en la aventura, en la familia y para hablar sobre las raíces de cada uno. Y es que el mensaje que tiene que lanzar Paddington: Aventura en la selva es muy emotivo sobre cual es la familia que buscamos para nosotros mismos alejados de la familia a la que pertenecemos de sangre. También habla sobre anteponer a la familia ante cualquier otra cosa, algo que se nota mucho con el villano de esta nueva entrega. Además de todo esto, Paddginton: Aventura en la selva es una cinta que va directa al grano y no se anda por las ramas y consigue que la cinta, que dura algo más de hora y media, se pase en un suspiro.
Pero si que es cierto que tiene algún que otro problema en el ritmo y en algunos momentos la cinta se estanca en un valle donde parece que no sabe como salir de él o lo que está contando es poco interesante. Pero tampoco es nada demasiado tiempo, además, el reparto consigue rápidamente hacernos reír o sentir algo con lo que están haciendo. Creo que en especial están inspirados Antonio Banderas, como el “villano” de la cinta, que quiere conseguir el oro de El Dorado. El actor español está divertidísimo y se nota que se lo ha pasado en grande. Y después tenemos a Olivia Colman, que con su presentación ya consigue meterse al público en el bolsillo, y es que tiene un momento musical a lo Sonrisas y lágrimas que es desternillante. El resto cumple como siempre en sus papeles dentro de la cinta, lo único que choca un poco es el cambio de actores como el de Sally Hawkins por Emily Mortimer, no porque una lo haga mejor que la otra, sino porque ya estábamos acostumbrados a la actriz de La forma del agua.
Olivia Colman en Paddington: Aventura en la selva
En resumen, Paddington: Aventura en la selva es una encantadora continuación de la saga, logra mantener el equilibrio entre el entretenimiento y la emotividad sin caer demasiado en la sensiblería. Tiene una historia que explora el valor de la familia y las raíces, y un elenco que brilla en sus interpretaciones, la película ofrece una experiencia cinematográfica refrescante y conmovedora para toda la familia, a pesar de algunos altibajos en el ritmo de la narrativa.
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