Es curioso como funciona en muchos casos las alabanzas o críticas a una película. En especial si son películas que pasan por festivales para darse a conocer antes de su estreno y ver la reacción que tienen los críticos, público o miembros de la industria respecto a una cinta. Muchas veces en estos festivales se ensalza dicha película y, cuando va pasando por más festivales, el entusiasmo que había a su alrededor termina pinchando un poco, en especial entre la crítica. Nomadland fue la última triunfadora en los festivales de Toronto y Venecia, y cuando se presentó en el Festival de San Sebastián con ambos títulos bajo el brazo, el recibimiento por parte de la crítica especializada fue tibio. Pero a pesar de eso, Nomadland ha seguido cosechando premios, cosechando alabanzas y es la clara favorita para llevarse el premio Oscar a la mejor película. Dirigida por Chloé Zao, directora de The Rider y Eternals, la cinta es una muestra más de las grandes historias que hay perdidas por millones de rincones y sirve, además, para un lucimiento más de Frances McDormand (Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Missouri). Nomadland no es que sea una buena película, es que es magnífica.
Nomadland está basada en la novela homónima de Jessica Bruder y cuenta la historia de una mujer que ha perdido casi todo en esta vida, y que, con la crisis económica de 2008, se embarca en un viaje con su caravana en busca de una vida como nómada descubriendo una sociedad fuera de las grandes polis. Más allá de esta pequeña sinopsis, Nomadland es una canto a la libertad, a la decisión de vivir cada uno la vida como quiera y disfrutando de los pequeños detalles que tiene la vida. Pero también es descubrir como se ganaban la vida todos aquellos que cogieron su casa obligados por las circunstancias económicas, la empacaron en una caravana y cogieron la carretera sin un destino fijo, solo buscando aquellos sitios que les permitieran vivir, aunque fuese por unos días antes de volver a coger la carretera en busca de otro lugar. Chloé Zao realiza un dirección sin querer llamar la atención, coloca la cámara en donde tiene que colocarla para contar aquello que quiere contar que no es otra cosa que las historias de los diferentes nómadas, reales, que se hay en la historia. El personaje principal de la historia, Fern, tiene un trasfondo para hacer avanzar la historia, pero realmente lo importante son las historias que se cuentan en ella.
Con esas historias vamos descubriendo poco a poco una época complicada en todo el mundo, donde la crisis económica sacudió a mucha gente de manera injusta, dejándolos sin casi recursos teniendo que salir a la carretera. Cada una de las historias de estos diferentes personajes que vemos a lo largo de la cinta se van quedando con nosotros, nos preocupamos por ellos, queremos saber más de sus vidas y al final del todo la historia de Fern se queda grabada en nosotros, lloramos con ella, gritamos con ella y nos reímos a la vez que lo hace ella. Podemos llegar a empatizar tanto con las historias que vamos viendo que Nomadland se va quedando poco a poco con nosotros y eso es, como he dicho antes, a la dirección de Zao que no busca ser la protagonista de la historia, sino que los diferentes personajes que vemos a lo largo de la cinta son los auténticos protagonistas. Incluso luciéndose como siempre, Frances McDormand se echa a un lado para dejar que sean todos aquellos desconocidos que vemos a lo largo de la cinta quienes alcen la voz y veamos que fue de ellos en aquellos años complicados. Y todo ello también sin caer en subrayados y dejando que sean los silencios quienes tomen el mando de la historia en las hogueras donde cada noche cuentan su día.
Nomadland es un auténtico triunfo, es una película de historias desconocidas que nos hacen ver lo que significó una época para quienes perdieron todo en una crisis económica que dejó desolado al mundo. Chloé Zao alcanza el estrellato con una cinta donde solo quiere que descubramos estas historias que son necesarias. Frances McDormand vuelve a demostrar que es una actriz magnífica y sabe cuando echarse a un lado para que el centro de la historia sean otras personas. Nomadland es, sin duda, una de las grandes historias de los últimos años y la mejor cinta de lo que llevamos de año. Y, aunque sea un tópico, es una de esas historias necesarias que deben descubrirse.