El prestigioso guionista David Koepp (Sin frenos) vuelve sentarse en la silla de director para dirigir Mortdecai, un sin sentido protagonizado por un pasado de todo (y algo cansino) Johnny Depp (Tusk). La película ha sido uno de los fracasos más sonados en la cartelera americana en lo que vamos de año, y razones no le faltan, pues Mortdecai, película y personaje cinematográfico, son un autentico desastre.
Charlie Mortdecai es un personaje que nace de la pluma del ingles Kyril Bonfiglioli en 1973. Bonfiglioli, marcharte de arte, actor, campeón de esgrima… y mil cosas más, se inspiró en sus propia vida para crear el personaje. Es una trilogía, pero podría haber sido una larga serie si el autor no hubiera fallecido. De hecho, al igual que esta pasando ahora con Stieg Larsson y su saga Millennium, se publicó una cuarta aventura con las notas de su autor, pero firmado por otro escritor. El caso es que Mortdecai no se basa en ninguna novela en particular y nos presenta a un personaje algo estrafalario. Es marchante de arte, vividor, egoísta, algo cobarde, y esta arruinado. Por unas y por otras, Charlie debe recuperar un cuadro de Goya al mismo tiempo que se enfrenta al gobierno ingles, a varias mafias, y su ¿mujer? (no me quedo muy claro si era conflicto o no). Charlie cuenta con la ayuda de su fiel mayordomo y guardaespaldas Jock, el mejor personaje de la película. Curiosamente el guión no lo firma el propio director, que en este caso siendo uno de los más respetables de Hollywood debería haber sido así, pero no. Eric Aronson, que en su curriculum solo tiene el crédito de haber firmado el guión de En busca de un beso salvaje (una perla protagoniza por unos de los miembros de *NSYNC), es el que ha perpetrado esta hecatombe.
David Koepp se esta convirtiendo en un “modernillo”, pero en términos cinematográficos. Si en su anterior cinta, Sin frenos, se daba el placer de jugar con una transiciones digitales para cambiar la acción de lugar, y estas resultaban muy placenteras, aquí no se queda corto. Veremos como un avión sitúa la acción de la misma manera. Es triste destacar esto, pero es una dirección muy sencilla, donde Koepp vuelve a homenajear a sus referentes (el arranque pretender rendir tributo a Indiana Jones y el templo maldito), con más o menos gracia.
Johnny Depp ha tocado fondo. Era una cosa que se veía venir, pero lo que resulta más bochornoso, es que la insoportable actuación de este y su bigote, emborracha el ambiente y perjudica a toda la película y a sus compañeros. Ewan McGregor (Agosto) nunca había estado tan pasado, y Gwyneth Paltrow (Iron Man 3) tan odiosa. Parte de esta manía que se coge a estos actores es gracias a la interacción con un Depp que no tiene mesura en sus gestos y miradas. El único salvable de la función es Paul Bettany (Transcendence), y aun asi Depp también se despacho con él dándole un par de collejas durante el metraje.
En resumen, Mortdecai es un esperpento que curiosamente no aburre, pues nos mantiene entretenido entre el caos que representa. Llega un momento en el que te plateas lo que realmente estas viendo. Una lastima
Lo mejor: A pesar del galimatías que resulta la película, no aburre.
Lo peor: Johnny Depp.
Puntuación: 2/10
Sin comentarios
Trackbacks/Pingbacks