El cine de ciencia ficción últimamente está tomando un contraste bastante positivo. Se ha empezado a convertir en obras en donde se ponen en entredicho muchos de los “supuestos” avances que han hecho en inteligencia artificial o derivados. Como culmen llegó hace un año Ex_Machina, el debut en la dirección de Alex Garland (Dredd). Ahora llega Morgan, que también es la ópera prima de Luke Scott, e intenta dar una vuelta más a esto de la inteligencia artificial pero no sólo ser consciente de ello, sino también la creación de un ser humano desde cero. El resultado es una primera hora bastante interesante, pero que termina yéndose de las manos en una media hora final que no tiene nada que ver con lo anteriormente visto.
Morgan tiene ciertos elementos interesantes que otras muchas películas no tocan que es la relación que se establece entre ese ser creado y los seres humanos que lo han hecho posible. En otras, quizás, ese ser no tiene relación ninguna con sus creadores y termina destrozando todo por otros motivos. En Morgan, Luke Scott se toma su tiempo a la hora de dar explicaciones sobre la relación que tiene Morgan con sus creadores, ya sea superficialmente o centrándose más en aquellos personajes que tienen una relación directa. Y es en esos minutos donde la cinta gana, donde la cinta es consciente de lo que quiere ser, de lo que quiere que veamos o la crítica que quiere hacer: El hombre siempre juega a ser Dios y termina quemándose.
Pero…sí, hay unos cuantos peros. El primero quizás es que la cinta tiene una media hora final muy agresiva que rompe con lo que hemos ido viendo en el resto del metraje y eso ayuda poco. Se vuelve muy violenta y no deja nada a la insinuación. Otro pero es que sabemos desde el principio de la cinta el giro que se da al final. Lo intuimos desde el inicio y al final las sospechas se hacen realidad. Y estos lastres hacen que la cinta no sea del todo una cinta algo más redonda, no la mata, pero hace que la cinta tenga un peso que le es difícil de levantar. Pero en esos momentos, la relación entre los personajes también crece y vemos actores realmente buenos. Kate Mara (Cuatro fantásticos) cumple con creces como una doctora enviada para supervisar a Morgan, Rose Leslie (El último cazador de brujas) cumple con un papel muy pequeño pero importante, pero sin duda, Anya Taylor-Joy (La bruja) que da otro recital interpretativo.
Morgan es una película interesante en su primera hora, luego por diferentes decisiones tira por tierra todo lo que ha podido hacer bien. Aun así, no es un desastre ni mala película. Luke Scott tiene cosas realmente buenas en decisiones de dirección. Es su primera película, pero se nota quien es su principal influencia. Una película entretenida pero que podría haber dado mucho más.
Lo mejor: La primera hora.
Lo peor: El final, desentona con el tono de la cinta.
Puntuación: 6/10