Moonfall: La obra definitiva de Roland Emmerich

Roland Emmerich ya forma parte de la cultura popular cinematográfica. Posiblemente podemos decir algunas de sus películas y la mayoría de la gente conoce al menos una. La forma de darse a conocer fue con Soldado Universal, pero realmente el reconocimiento no llegó hasta sus dos siguientes películas: Stargate e Independence Day. Para un servidor, Independence Day es uno de los mejores blockbusters de la historia. Después llegaron obras como Godzilla, El día de mañana, 2012 o Asalto a la casa blanca que han consagrado al director entre aquellos que siempre hay que tener en cuenta. Ahora, después de aquel fracaso que fue Midway, el director regresa con Moonfall, su obra definitiva y que recoge toda su filmografía en una sola película. Moonfall es Roland Emmerich en estado puro, es Roland Emmerich desatado y dando a sus seguidores lo que piden en sus películas: Acción, destrucción y ciencia ficción.

Y es que Moonfall, como he dicho antes, recoge todo lo que ha ido cultivando Roland Emmerich durante toda su filmografía. Tiene cosas de Independence Day, tiene cosas de El día de mañana, de 2012 o de Stargate, es una cosa muy loca, pero es la sensación que deja durante su visionado, que estamos ante la obra definitiva, el legado que quiere dejar Roland Emmerich. Se podría decir rápidamente que Moonfall es una cinta fallida, o incluso mala, que no tiene un guion, que va improvisando casi a cada minuto o que solo busca un espectáculo casi vacío. Pero también hay que reconocer que el cine de Roland Emmerich siempre ha sido así, que siempre ha ido directo al grano sin andarse por las ramas ¿Qué está por llegar el cambio climático de forma loca? Te regala El día de mañana ¿Qué un monstruo de doscientos metros anda suelto por Manhattan? Te da Godzilla. Y así con toda su filmografía. Es cierto que también intenta meter algo de trama más allá de la destrucción, pero su objetivo no es darte una obra de arte y ensayo, sino que cojas tu bowl de palomitas, te sientes frente a la pantalla y disfrutes de dos horas de puto espectáculo. Moonfall es todo eso y más. Es Roland Emmerich desatado, haciendo que la luna se salga de su órbita y amenace con destruir la Tierra por completo.

Y es que parece que en los últimos años el blockbuster clásico, ese cine que simplemente era vender palomitas y olvidar todo lo que acontecía en tu vida, se quedara fuera, se ha casi extinguido. Ahora el blockbuster busca ser sesudo, ser algo más trascendente, querer contar de más y no ir a lo importante, hacer disfrutar al espectador durante dos horas. Por eso considero que Moonfall es recuperar parte de esa esencia, es recuperar ese tipo de blockbuster, en donde el guion casi no nos importa, donde solo queremos ver cosas estallar, cosas sucumbir y, al final, salir victoriosos de cualquier cosa que se interponga. Roland Emmerich es un hombre que sigue apostando por ese tipo de cine comercial alocado, donde no le importa meter un producto placemente de Lexus de forma salvaje, donde lo previsible está presente y donde la acción alocada está durante los ciento veinte minutos de película. Se podrían decir muchas cosas de Moonfall, pero lo que de verdad importa es que dura dos horas que pasan volando, dos horas de entretenimiento y de no irse por las ramas a la hora de querer contar la historia. También se rodea de gente como Patrick Wilson, Halle Berry, Donald Sutherland o Michael Peña y la cosa sale adelante.

En definitiva, Moonfall es un producto 100% Roland Emmerich. Es un producto que su fans agradecerán, un producto que sus detractores seguramente no soporten, pero una película que no engaña a nadie. Moonfall es un disfrute de primera, un entretenimiento como pocos. No busquéis una historia centrada, no busquéis lógica en muchas de sus decisiones, dejaos llevar por Roland Emmerich y disfrutaréis de dos horas de puro goce.