La nueva y esperada cinta dirigida, escrita, y protagoniza por George Clooney (Los idus de marzo) se llama Monuments Men, y es un homenaje a esos señores de los que nunca se habla en los libros de historia, esos “guerreros” que se ocuparon de proteger el arte en la Segunda Guerra Mundial. Monuments Men esta cuidada, no aburre, pero carece elementos que nos permitan enfatizar con la cinta. Una pena.
Llegando el final de la Segunda Guerra mundial, los EE.UU. dieron luz verde, no muy convencidos, a una división de hombres de diferentes países, casi ninguno con experiencia militar, para que se encargaran de recuperar el arte que Hitler estaba requisando para montarse un museo. La película arranca con el “robo” de El retablo la Adoración del Cordero Místico, también conocido como el Altar de Gante, y todo parece que el leitmotiv iba a ser ese pero no, aunque al final se retome la historia. Tras la presentación de personajes, la cinta se convierte en una película coral compuesta de sketches, que no aburren, pero que no terminan de dar empaque al asunto. La película dura algo menos de dos horas y no se hace aburrida, gracias en gran parte a la puesta en escena de George Clooney.
Una vez más el actor de Kentucky demuestra un talento innato para la dirección, brindándonos una cinta que rezuma a cine clásico bélico como La gran evasión, La cruz de hierro, e incluso Los violentos de Kelly, con la que tiene algún punto en común. Echando mano de una dirección y puesta en escena clásica, Clooney nos deja perlas como el tiroteo desde un edificio a dos monuments men o el interesante final con montaje paralelo, la única secuencia con algo de tensión en todo la cinta, ya que salvo en ese momento no hay villanos definidos en Monuments Men.
Quien vuelve a sorprender, con una partitura a medio camino entre el cine bélico y el de aventuras, es Alexandre Desplat (Argo). El francés se hace pasar por John Williams (La ladrona de libros) en algunos momentos y nos deleita con partitura muy sugestiva. Atentos al tema central.
En el reparto hay que destacar el buen hacer de casi todo el equipo. No hay malas interpretaciones, pero si se echa de menos que ciertos personajes tengan algo más de presencia en la historia. Matt Damon (Elysium) y Cate Blanchett (Blue Jasmine) están impecables en su episodio. El francés Jean Dujardin (El lobo de Wall Street) parece que ha encajado perfectamente en el star system americano y no se deja hacer sombra por su “pareja de baile”, el imprescindible John Goodman (Golpe de efecto).Atentos a estos dos en la secuencia del tiroteo desde el edificio antes mencionada. Quizá los menos interesantes, que no es que estén mal, sean Bill Murray (Moonrise Kingdom) y el propio Clooney, pero es que ambos tienen personajes más secundarios, el primero de bufón del grupo y el segundo de jefe.
En resumen, Monuments Men es una cinta de la que se esperaba mucho más, ya que tiene una temática interesante y grandes figuras detrás de ella. No es mala ni aburrida, pero no tierra garra, cuando acaba sentimos que nos han contado un cuento vacío, si nada que nos permita recordarlo días después. Lo dicho, una pena.
Lo mejor: La puesta en escena.
Lo peor: Carece de tensión, gancho, garra…
Puntuación: 6/10
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