Belén Macías (El patio de mi cárcel) vuelve a la carga con una road movie dramática llamada Marsella. María León (Carmina y amén), Goya Toledo (Amores perros), y la niña debutante Noa Fontanals son el trío protagonista de esta cinta con muy buen corazón, que toca un tema bastante conflictivo de una manera agradable.
Una madre recoge a su hija de un centro de menores. La niña ha estado viviendo casi toda su infancia con una familia adoptiva. Madre e hija se embarcan en un viaje hacia Marsella para conocer al padre de esta ultima. En el camino, una serie de infortunios harán que la madre adoptiva se persone en el lugar y continúe el viaje con ellas. Este es un ligero resumen de la trama de Marsella, sin lugar a dudar la historia tiene más desarrollo interno, es decir, hay varias cuestiones dramáticas que hacen avanzar la historia, como la amistad con unos transportistas, una mochila con cocaína… El guión funciona bien, a pesar de ser bastante obvio, es decir, se nos van dando muchas pista de porqué la niña acabó con otra familia desde el minuto 1 de película, pero esto no le resta interes a la cinta.
Macías es una señora muy curtida en la televisión que ha filmado bastante bien una historia, que de no ser por ella hubiera podido ser un telefilm de sobremesa. La secuencia que más llama la atención es donde las dos madres tienen una acalorado discusión cerca de unas vías de tren, momento que se quedara grabado en la retina de todos los espectadores, que compensa el traspié que supone la escena cuando madre e hija visitan al abuelo y al tío de esta ultima en un pueblo, una secuencia comprensible, pero que resulta más graciosa de lo que se pretende.
Otro punto fuerte de la cinta es el estupendo trabajo de la sevillana María León, muy lejos de su papel semanal en la serie Con el culo al aire. Teniendo en su manos un papel bastante desagradable consigue que finalmente nos redimamos con ella, algo digno de destacar. Pero suerte corre su compañera de viaje, Goya Toledo, quien a pesar de sus esfuerzos, no resulta nada creíble. Mención especial para ese monstruo de la interpretación llamado Eduard Fernández (The Pelayos) quien interpreta a un camionero con corazón que llena la pantalla cada vez que sale. Fernández esta estupendamente escudado por Àlex Monner (Los niños salvajes), un joven que ya apuntaba maneras y aquí, con un breve papelito, vuelve a sorprender con una naturalidad abrumadora.
En resumen, Marsella es un cinta entretenida con una historia bonita y unas interpretaciones interesantes que lo va tener difícil para colarse en la taquilla en una época que esta dominado por los blockbusters americanos.
Lo mejor: La manera de plasmar un tema muy delicado.
Lo peor: Goya Toledo.
Puntuación: 6/10
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