Sólo hay dos formas de asimilar sin cabrearse lo que propone Luc Besson (Malavita) en Lucy. Por un lado, como expresa el personaje de Morgan Freeman (Plan en Las Vegas) en la película, podemos pensar que la humanidad no está preparada para entender los pretendidamente profundos mensajes que Besson introduce en su visión de lo que debe de ser el cerebro humano alcanzando el máximo potencial posible. Por otro, que ese polvo azul que provoca semejantes efectos en el personaje de Scarlett Johansson (Los vengadores) circulara sin control por el plató y en la preproducción de la cinta, por supuesto escrita también por Besson. Es tan risible el resultado final que lo mejor es quedarse con la primera de las explicaciones para no derribar por completo el trabajo de Besson. Si no se aceptan estas dos explicaciones, el cabreo sería, efectivamente, la respuesta más adecuada.
El principal problema de Besson es que su película padece de una indefinición tan enorme que Lucy no funciona ni como la película de acción que parece haberse publicitado ni como la parábola de ciencia ficción que sí quiere ser. Lo primero es prácticamente inexistente en la película, apenas retazos que, además, encuentran explicaciones tan nimias que no hay por donde cogerlas. Lo segundo, sin tapujos pero sin profundizar más en ello para no desvelar el desarrollo de la película a quien quiera aventurarse a verla, alcanza por momentos la categoría de risible. Como no sabe por qué tipo de película tirar, Besson quiere mezclar las dos, reduciendo aún más las opciones que habría tenido el resultado final de haberse decantado por una de ellas. Y, al menos, deja el montaje final en unos cómodos 89 minutos que no echan sal en la herida.
En realidad, Lucy se deja ver pero sólo si uno está dispuesto a desconectar el cerebro por completo. Curiosa paradoja, cuando precisamente el planteamiento de la cinta es qué sucedería si el cerebro humano pudiera trabajar a pleno rendimiento. Pero es obligado no pensarla demasiado porque, de lo contrario, todas y cada una de las decisiones que toma la protagonista desde que adquiere estas capacidades sobrehumanas son completamente absurdas. Todo se va justificando simplemente porque sí y es una tarea sencillísima encontrar agujeros en casi todas las escenas. Y aún así, es encomiable el trabajo del reparto, encabezado por la mencionada Scarlett Johansson y Morgan Freeman como rostros más populares, porque hacen lo imposible por creerse lo increíble, por mantenerse dentro de unos papeles que no ser pueden sostener.
Todo lo anterior está referido a la parte más fantasiosa de Lucy. Una vez arrancan sus teorías, sus efectos, su ciencia ficción y, en definitiva, su absurdez, Lucy se hunde sin remedio. Y el caso es que la película no empieza mal del todo. Prescindiendo de los nada sutiles y muy reiterativos insertos de la naturaleza, los primeros veinte minutos son atractivos. Lo malo es que, en realidad, no tienen mucho que ver con lo que sigue. Es una introducción que funciona mejor como historia independiente, es más gozosa, divertida y completa que los delirios de ciencia ficción que le suceden. En realidad, podría haberse resumido mucho más si los objetivos de la película eran retratar la facilona filosofía que sigue, pero ese es un mundo más atractivo y turbio y está mejor retratado que el central.
Lucy acaba siendo una de esas películas que produce perplejidad durante demasiadas ocasiones en su metraje como para tomársela en serio, y que si se mantiene relativamente viva es primero por su corta duración, después porque visualmente sí resulta atractiva y, finalmente, por la posibilidad de que el final arroje algo de luz a su rocambolesco desarrollo. Obviamente, no es el caso, con lo que todo lo bueno que pueda tener (incluso las interpretaciones de Johansson y Freeman, hay que insistir en que están mucho más metidos en el papel de lo que les permite el guión) se acaba cayendo con estrépito junto al resto del andamiaje del filme.
Puntuación: 2/10
Creo que tu crítica es muy acotada propia de un típico y clásico televidente de escasa amplitud mental. Entré a ver esta página para entender un poco más de la película, desde un punto de vista más profesional, pero me encontré con esta triste crítica, caducada en términos de cultura open mind (rubro en el que la película se desarrolla). Dejo esta página, realmente sorprendido (de manera negativa), y con un desánimo total, incluso con una nueva referencia de alguien que NO SABE NADA DE METAFISICA, sin embargo… critíca: el Sr Juan Rodríguez Millán.
Opino lo mismo que Fernando y Sergio. La pelicula tiene mucha mas tela para cortar que lo que vos estas viendo. Afortunadamente existen películas como Lucy para poder reflexionar acerca de algo mas que el cerebro funcionando al 100%.
Es filosofia pura, una metafora sobre nosotros mismos, sobre la vida. La super recomiendo!!
Totalmente de acuerdo contigo Fernando!
totalmente de acuerdo don el Sr. Fernando. Una critica por criticar donde no se adentra en el meollo del film. No se analiza en profundidad, ni someramente, la trama de la película. Para leer críticas semejantes escucho a mi primo de 15 años hablarme de los efectos especiales, los tiros y lo buena que está Scarlet. En fin, yo si que le doy un 1/10 a esta crítica.
Amoo esta pelicula. Me dejó inquieta, cuando la terminé de ver inmediatamente busqué el CPH4 xD…Un éxito todo lo que nos falta por descubrir.
En mi opinión es cierto que la película deja mucho que desear en el sentido reflexivo. Pero, sinceramente, no creo que tenga porqué ser reflexiva en absoluto. Creo que el autor de esta crítica ha caído en la trampa de creer que la película tenga que hacernos pensar. Que Lucy use un elevado porcentaje de su capacidad celebrar no significa que nosotros, al ver la peli, tengamos que aumentar también nuestras capacidades cerebrales. Igual que, al ver Spiderman, nadie te pide que salgas trepando por la pared. La peli tiene un fin claro: una mujer adquiere ciertos conocimientos y su objetivo es transmitirselos a la humanidad. No hay más. No hay que buscar más. Acción tiene suficiente, no le pido más. Y me parece absurdo pedirle más acción innecesaria. Es cierto que, posiblemente, Besson debería haber intentado ser un poco menos fantasioso y tratar de dar un poco más de realismo. Pero en general me ha parecido una buena película. Creo que el autor de ls crítica ha pecado de pedante. Se ha esforzado tanto en querer mostrar su superioridad intelectual que ha quedado como un idiota.
Esta crítica no es muy buena, siento que estoy leyendo a una persona que fan delas películas banales y comunes. Es como leer la opinión de la música clásica, de alguien que le gusta el reggaeton. El trasfondo de la película es muy amplio y desde mi punto de vista fue muy resumido. Tal vez en algunos puntos pudo parecer exagerada, sin emabargo, me parece suficiente para ser cine proveniente de Hollywood.