Tras el estrepitoso fracaso de Los mercenarios 3 hace casi una década (en parte debido a que la cinta se filtró en internet semanas antes de su estreno) pensábamos que la saga está muerta y enterrada. Pero alguien debió pensar que hacer una nueva entrega, gastándose 100 millones de dólares, era una buena idea, y aquí tenemos Los mercen4rios. Un producto que dista mucho del entretenimiento sin complejos de las anteriores entregas. Este nuevo episodio trae como novedad el desplazo de Sylvester Stallone (Guardianes de la Galaxia Vol. 3) a un papel secundario y el ascenso a protagonista, casi absoluto, de Jason Statham (Megalodón 2: La fosa). Vuelven caras conocidas (y bastante acabadas) pero toman mucha más fuerza un atajo de artistas con menos nombre que las míticas figuras del cine de acción que se paseaban por los episodios anteriores. Como dice el personaje de Statham en un momento de la cinta: “No somos muy de bandas tributo”. Pues eso mismo ocurre con la película.
Stallone está cansado de los mercenarios y le propone a Statham ser el nuevo líder. Por motivos que no revelaremos tendrá que asumirlo a la fuerza, y sin comerlo ni beberlo, se ve “embarcado” en un carguero intentado rescatar al resto de mercenarios de las garras de un villano ¿sorprendente?. Este es el argumento de esta cuarta entrega. Está más cerca de una secuela de Alerta máxima que de otra cosa, pues no deja ser la típica aventura de héroe luchando en un sitio acotado (como puso de moda en los años 80 Jungla de cristal). Ha frases lapidarias, pero no tantas como se esperan, y bueno… la historia da pá lo que da, es decir, salvo Jason y Stallone, el resto de mercenarios nos preocupan bien poquito, y las nuevas incorporaciones tienen las frases justas para definirse y mostrar sus habilidades.
En la dirección encontramos a Scott Waugh (Need for Speed), un ex especialista de acción que intenta sorprender con movimientos muy bruscos de cámara, pero que al final resultan monótonos y aburridos. Después de unos días lo único que posiblemente recuerden de la película será la escena del bar, pero no por la planificación sino por su nexo con el final (algo que queda muy macarra). Una dirección donde se abusa de sangre digital y a veces no está justificada (¿por qué el prólogo y el primer tercio carece apenas de sangre?).
Como apuntamos al principio, Statham, que ha estrenado otras tres cintas más en este 2023, es la estrella de función. Solo hay que ver los números y comprobar que actor inglés es el héroe de acción chusquera que más recauda en nuestros días y es por ellos que Los mercen4rios es un vehiculo a su servicio. Él esta en su línea, Stallone pasando por ahí a ver que ocurre, al igual que Dolph Lundgren (Aquaman) y Randy Couture (El contragolpe), que parece que fueron un par de días de visita al rodaje, se disfrazaron, comieron, unas copas y para casa. Todo ello para arropar a una retahíla de caras nuevas donde solo brillan los asiáticos Tony Jaa (Monster Hunter) e Iko Uwais (Snake Eyes: el origen).
En resumen, Los mercen4rios es un producto que debería haber sido relegado al formato doméstico, a la plataforma de turno, o al VOD. No tiene ni la calidad ni la historia para disfrutarse en pantalla grande. Una pena que hayan querido seguir explotando un producto que ya estaba quemado, y encima con actores de segunda categoría, cuando el espíritu de estas cintas eran sumar y ver en acción a viejas glorias.
Lo mejor: Que dura 103m con rodillo de créditos finales incluido
Lo peor: Que pueden seguir haciendo secuelas.
Puntuación: 2/10