La nueva serie original de Movistar+ creada por el escritor, guionista y director Albert Espinosa (Pulseras rojas) se titula Los espabilados y está compuesta por 7 episodios de unos 25 minutos de media de duración que se emitirán en tres jornadas, la primera formada por 3 episodios y las dos siguientes por dos capítulos cada una. La serie es un producto ameno y entretenido basado en la novela Lo que te diré cuando te vuelva a ver del propio creador de la serie. Dirige los siete capítulos que forman esta primer entrega Roger Gual (7 años).
Es verdad, y aunque suene reiterativo, que estos siete capítulos que componen esta primer temporada (a pesar de estar cerrada, es de presuponer que si la audiencia la respalda, las aventuras de estos chavales inadaptados continuarán) se podía haber aligerado de tramas y haber montada una buena película, pero como los tiempos son otros, y burbuja de la series aún no ha explotado, se han decantado por serie y no por largometraje.
Los espabilados cuenta la historia de cuatro chavales que escapan de un centro psiquiátrico con la intención de encontrarse con el hermano de uno de ellos. En ese viaje vivirán experiencias donde saldrán a relucir sus taras mentales a la par que son perseguidos por un “detective” que es acompañado por otro joven paciente de dicho centro psiquiátrico. El guión de la temporada entretiene y se deja ver con facilidad ya que sus capítulos tiene un duración excelente para no llegar aburrir, y siempre tratan de dejarnos con ganas de más. La apuesta de la plataforma de liberarlos en tres bloques es bastante acertada ya que podemos apuntar que los tres primeros capítulos de la serie es la presentación de la trama y sus personajes, los tres siguientes el desarrollo, y el último la conclusión (aunque hay ciertas tramas que se cierran en el anterior). Para algunos puede pecar en algunos momentos de demasiado fantástica, pues hay elementos muy cercanos a la magia y a los cuentos de hadas en su relato, que puede molestar, pero es verdad que ahí es donde resulta diferente de otros productos similares y donde reside un producto más cercano para toda la familia más que un sector demográfico en concreto. Igual de interesante resultan las interacciones de muchos de los personajes adultos con estos «espabilados» donde brilla con luz propia el personaje de este detective que les sigue la pista, con intención de que esta fuga solo quede entre el personal del psiquiátrico y los propios muchachos.
El reparto juvenil está integrado por jóvenes desconocidos que resultan bastante creíbles en sus facetas. El líder Álvaro Requena tiene sus mejores momentos cuando se dirige a cámara (rompiendo la cuarta pared); el celestial Héctor Pérez es posiblemente el que más acabe conmoviendo a la audiencia con su humildad y todo lo que su personaje desprende; Marco Sanz interpreta al desagradable que más tarde también apelará al corazón de la audiencia; y quizá los menos reseñables (no por su presencia sino por la resolución de sus tramas) son la chica del grupo Sara Manzano, la voz más cabal de esta pandilla, y Aitor Valadés, el más frágil de todos ellos, y que demuestra “que aquí está él” en la secuencia del fiesta del vecino. Mención especial para Miki Esparbé (Perdiendo el este) quien consigue transmitir ese personaje infantil atrapado en el cuerpo de un adulto, al que parece que le cuesta evolucionar o dar ese gran paso. Impagables sus escenas con el joven Héctor Pérez, emulando (salvando las distancias) al El silencio de los corderos.
En resumen, estamos ante un producto cien por cien Albert Espinosa. Recuerda mucho a la cinta Héroes (incluso comparte a uno de sus protagonistas) y tiene cierto aire a Pulseras rojas. Se ve bien, entretiene y a pesar de que le cuesta un poco al principio emocionar al final lo consigue. No se puede pedir más.