James Mangold (Logan) es un buen artesano que poco a poco se ha ido ganando el beneplácito de la crítica y el público. Ahora nos presenta Le Mans ’66, un relato de amistad y coches que es toda una sorpresa a pesar de su larga duración (152 minutos). Delante de la pantalla nos encontramos con dos grandes estrellas que responde al nombre de Christian Bale (El vicio del poder) y Matt Damon (Una vida a lo grande). Ambos desprenden una química que hacen que la cinta fluya hasta la meta de una manera victoriosa y seguramente intente rascar algún premio en la próxima edición de los Oscars.
Le Mans ’66 cuenta la historia de cómo Ford, el gigante del automóvil americano, se impuso ante Ferrari en la mítica carrera de 24 horas del año 66. La cinta está contada desde el punto de vista del ingeniero y uno de sus mejores pilotos. La amistad entre ellos, la búsqueda del coche perfecto, y los entresijos en los despachos de propia compañía son las historias principales de un guión que peca de tener muchas e innecesarias historias secundarias que hacen que la cinta tarde en arrancar más de lo normal. Y es que el primer acto de Le Mans ’66 resulta demasiado largo para lo que luego realmente se quiere contar. Exceso de personajes que solo sirven para apuntalar ciertas ideas que ya quedan claro con algún otro. Pero aún así, una vez pasado ese tramo la cinta despega y no frena hasta los títulos de créditos.
Y aquí es donde entra en juego el buen hacer de Mangold, quien es culpable de que durante los casi 45 minutos que dura el tercer acto seamos incapaces de pestañear y es que esos minutos engloban prácticamente la mítica carrera del 66. No solo ese acto merece elogios. Secuencias como aquella donde Bale escucha la carrera por la radio o aquella en la que este mismo da una lección de vida a su hijo al atardecer (espectacular la fotografía de Phedon Papamichael, colaborador habitual de Mangold) demuestran el arte de este director.
Otro punto bastante reseñable de Le Mans ’66 es el estupendo sonido que luce la cinta. En el momento de las carreras parece que realmente nos traslada al paddock la lado de las escuderías de Ford y Ferrari. Un sonido perfectamente en sincronía con la interesante banda sonora compuesta por Marco Beltrami (Casi imposible) y Buck Sanders (Velvet Buzzsaw), una composición que se debería antojar épica pero no es así.
Otra de las grandes bazas de Le Mans ’66 es su pareja protagonista. Damon sigue demostrado que uno de los mejores actores de su generación a pesar del ninguneo en premios al que siempre es sometido. Atentos a cada vez que tiene que dar la cara por su compañero. Hay un momento, al teléfono, que es espectacular. Lo de Bale en esta cinta es de premio. No solo ha vuelta a adelgazar y quedase casi “chupado” para el papel sino que sus gestos nos definen al personaje sin necesidad de que diga una palabra. Atentos a sus momentos finales en la carrera que da nombre a la cinta.
En resumen, Le Mans ’66 es una buena película a pesar de su extenso primer acto. Es una cinta cuidada que cuenta una historia conocida por muchos, pero que aún así sorprende gracias a que Mangold consigue que la carrera de la vida de estos dos personajes nos interese hasta que lleguen a la meta.
Lo mejor: Christian Bale, las mezclas de sonido y la fotografía.
Lo peor: El primer acto se hace eterno.
Puntuación: 8/10