Las Invisibles: La supervivencia de los olvidados

La tercera película del joven director francés Louis-Julien Petit (Carole Matthieu), llega con el mismo tono que las dos anteriores. Podemos considerar a Las Invisibles como una comedia social que intenta concienciar al espectador sobre temas muy presentes, pero sin embargo poco cotidianos en la gran pantalla. Para muchos espectadores, sería inconcebible tratar el tema de los sin techo como algo de lo que se pueda sacar partido a la hora de hacer comedia. No obstante, Petit en ocasiones lo hace, pero sin pasarse o abusar de ella, manteniendo esa clave de humor en claro equilibrio con el necesario drama que requiere una situación tan a la orden del día en Europa.

Sarah Suco en Las invisibles

Sarah Suco en Las invisibles

Las Invisibles es una película que pese a que tarda en atraparnos, nos acaba resultando tierna. Cuesta encontrar un momento en el que meterse en la película. Sabemos que está pasando pero tarda en arrancar, y en el momento que menos esperamos estamos conociendo a todas esas mujeres que acuden al centro de acogida todos los días a ducharse, comer, para la tarde… Lo cierto es que no nos damos cuenta de lo dura que es una situación así. Y Petit, con sus aires de semidocumental nos lo demuestra, además mostrando también de manera muy patente la cara de las que pocas veces se muestran: las trabajadoras sociales. Sí que sabemos lo que sufren todos los sin techo, pero ciertamente vemos que estas mujeres que prestan su ayuda a diario también padecen. Se entregan y les dan todo, obteniendo diversos resultados. Lo que muestra Las Invisibles es lo que es la vida. Alegrías dentro de un círculo vicioso de penas que hacen que el sobrevivir sea mucho más llevadero.

Por supuesto, nunca viene mal romper una lanza a favor de este género. Un tipo de cine que no podemos decir que no se haga, porque si, se hace. Pero la respuesta del espectador no suele ser la que se espera. Creo que debería haber más conciencia social y una respuesta mucho más contundente en las salas con este tipo de cintas que desde luego, una vez vistas, no pasan desapercibidas a nuestra imagen de la realidad, y despiertan muchas sensaciones, como la empatía, que son muy necesarias.

Audrey Lamy en Las invisibles

Audrey Lamy en Las invisibles

El reparto de Las Invisibles es algo con lo que quedarse. Las actrices que encarnan a esas mujeres sin techo, son realmente intérpretes no profesionales que, como a los personajes que dan vida, también pasaron unos años en la calle. Me parece que nadie mejor que ellas, podría representar mejor esta situación. Sin duda es un detalle por parte de Petit, elegir un casting así, queriendo entrar hasta el fondo de la situación. Él mismo investigó durante meses sobre talleres y como era la vida en los centros de acogida, y se nota que eso, junto a las experiencias de las actrices, hacen que la trama de Las Invisibles sea sincera y auténtica.

En definitiva, deberíamos ver Las Invisibles no sólo como mero entretenimiento. Es un ejercicio de conciencia muy gratificante para el espectador. Sus protagonistas son entrañables y sus comportamientos ante determinadas situaciones no te dejan indiferente.

Lo mejor: Sus protagonistas y la verdad con la que trabajan.

Lo peor: La desesperanza que pese a todo, no puede evitar transmitir.

Puntuación: 7/10

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