Paula Ortiz es esa cineasta que amas u odias. Una cineasta donde su cine casi siempre trae división de opiniones desde que se estrenó con La novia, aquella imaginación de bodas de sangre de Federico García Lorca. Es cierto, que su cine ha sido más de sombras que de luces, teniendo unos últimos años algo más desdibujados y sin saber muy bien que películas quería contar. Por eso, tras Teresa, Paula Ortiz nos regala quizás su mejor película, una película donde apenas se ve con ataduras, una cinta donde puede dar rienda suelta a todo aquello que tiene dentro como directora y una historia que parece hecha a la medida de la cineasta. La virgen roja recoge la historia de Hildegart Rodríguez, desde su concepción hasta el final de sus días, y la relación que tenía con su madre. Con ello, Paula Ortiz construye un thriller potente, lleno de nervio y con un mensaje político muy potente, donde quiere que la juventud vuelva a interesarse por la política, por la lucha de clases y la lucha por sus derechos.
Seguramente lo más llamativo de La virgen roja es que, cuando podría parecer otra cinta del género “cine de tacitas”, Paula Ortíz le da la vuelta a la tortilla y nos regala un thriller realmente interesante. El acercamiento que hace al tema de la vida, obra y muerte de Hildegart Rodríguez es desde la sospecha, la de poner todo en tela de juicio y hacer una cinta política animando, en muchos casos, a los más jóvenes a volver a luchar por sus derechos. Porque en ningún momento escode ese sentimiento de lucha, de reuniones clandestinas y de conspiraciones para luchar por las libertades de los ciudadanos, es también una lucha política para derrocar a esos partidos que quieren volver al pasado. Y también es la historia de una de las mujeres más inteligentes que hemos tenido en España. Hildegart fue una adelanta a todo en su tiempo, era una mujer a la que su madre la tenía día y noche trabajando, pensando, debatiendo y escribiendo artículos y ensayos que son hoy de lectura obligatoria.
Pero también es una película que juega a ser un thriller realmente bien rodado. Es un thriller porque tiene unos giros de guion que van a sorprender a más de uno y, si no se conoce la historia, su tramo final hasta el desenlace es realmente tenso y de una maestría a la hora de controlar los tempos del relato. Y es que cuando te quieres dar cuenta tienes las manos sujetando los reposabrazos de la butaca de cine. Y eso también se consigue por las interpretaciones de Najwa Nimri y Alba Planas. Najwa parece que ha decidido que este año no quiere que nadie le quite el premio a la mejor interpretación femenina en los Goya y lo da todo. Literalmente ella es la película, ella es la que lleva todo el peso de esta y quien, realmente, es la protagonista de esta. Y Alba Planas le da la replica como Hildegart en una lucha interpretativa realmente bonita, pero donde se notan las tables de Najwa. Alba consigue una interpretación llena de matices y de saber en todo momento como jugar con las miradas, las muecas, etc.
La virgen roja es el mejor trabajo de Paula Ortíz hasta la fecha. Es una demostración que puede hacer mucho más de lo que ha llegado hacer hasta ahora, que si la historia y los medios se dan puede sacar adelante cualquier proyecto. Ya lo demostró con La novia y ahora vuelve a demostrar que es capaz de hacer un thriller lleno de intriga con la historia de Hildegart Rodríguez. Una película que merece ser vista.