Hay un momento de esta adaptación de La señorita Julia que ha llevado a cabo Liv Ullman (Sonata de otoño) en el que el personaje de Colin Farrell (Cuento de invierno), Jean, le dice al de Jessica Chastain (Interstellar), Julia, que está jugando con fuego. Se refiere a las pasiones desatadas que hay entre los dos protagonistas de esta historia de amor y desamor entre un criado y la hija del barón al que sirve, pero bien podría ser un mensaje a la directora del filme, que efectivamente ha jugado con fuego y se ha quemado. Desaprovechando las posibilidades que le da el cine, esta nueva versión de La señorita Julia no pasa de ser un lago ejercicio de teatro filmado, y uno en el que la exageración acaba desembocando en una cinta densa, a ratos incluso farragosa, que precisamente gana en intensidad cuando más comedido es todo lo que se plantea.
Ullman no querido introducir demasiados cambios en la obra de teatro original escrita por August Strindberg en 1888, más allá de cambiar el escenario de Suecia a Irlanda para que su reparto anglófono ganara en comodidad, y el respeto al texto que adapta es casi reverencial. Y eso es el primer exceso de la película, un error muy común en el cine contemporáneo, en el que hay un cierto miedo a adaptar a pesar de trabajar en un medio que permite y exige un lenguaje completamente diferente al del teatro o al de la literatura. Ullman no sólo no arriesga, sino que se limita a expandir el entorno cerrado de un escenario con dos escenarios naturales y desaprovecha opciones muy claras de mostrar algo más de lo que está escrito en el texto de Strindberg y que hubieran enriquecido el resultado.
Al optar por la vía más conservadora, Ullman admite claramente que la única baza para enganchar al espectador está en el texto original y, especialmente, en el reparto, en los tres únicos actores que lo conforman. Ese acaba siendo el segundo error. Jessica Chastain y Colin Farrell son una pareja protagonista claramente descompensada. A Farrell hay que reconocerle la valentía en sus elecciones, siempre buscando personajes diferentes que le lleven a trabajar con directores y actores de prestigio, pero su categoría como intérprete está muy por debajo de la de Chastain. Y sin embargo, la nominada al Oscar por Criadas y señoras y La noche más oscura, se pierde en la exageración, dejando pasar las mejores bazas de su personaje. Valen mucho más sus miradas en silencio que sus histriónicos gritos y lloros, y por eso su trabajo no pasa de la solvencia que caracteriza a Chastain.
Lo que plantea la película es un largo juego de seducción y desesperación, y por eso los instantes de los que se puede sacar más partido son los más contenidos, cuando la escena se tensiona por razones realistas y no forzadas. De esta manera, no es casualidad que el tercer personaje en discordia, el que interpreta Samantha Morton (Cosmópolis), sea el mejor construido en el plató, porque ella sí abraza la contención como la mejor manera de transmitir. Sus apariciones son mucho más escasas que las de Farrell y Chastain, y generalmente es ahí cuando la película consigue salir del denso ejercicio de diálogo continuo que propone. A excepción de algún que otro momento que comparten ellos dos, lo mejor es cuando los tres personajes están en escena y el cara a cara previo al clímax entre Farrell y Morton es fácilmente la mejor secuencia.
La señorita Julia se beneficia del prestigio de la obra teatral en la que está basada esta nueva versión cinematográfica, pero en realidad no ofrece demasiado. Incluso cuesta ver el conflicto o entender alguno de los temas subyacentes que sí había en el original. Ullman no ha sabido transmitir la parábola que hay en el texto de Strindberg sobre la supervivencia de los más fuertes o el conflicto propio de la época entre sirvientes y señores, y eso resulta especialmente problemático viendo que ha extendido la película hasta los 130 minutos, sin que en muchos de ellos se note que esté avanzando una historia sólida o se aprecie con claridad el uso del tiempo (todo transcurre en una sola noche). Una gran decepción.
Puntuación: 3 / 10