El tándem formado por el director David O. Russell (La gran estafa americana) y la chica de moda en Hollywood, Jennifer Lawrence (Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 2) vuelve a dar en la diana con Joy, una dramedia (comedia mezclada con tintes dramáticos) muy entretenida sobre la lucha de una mujer por salir adelante y enfrentarse a las adversidades de ser el timón de una familia de los más estrafalaria posible. Puede pecar de cierto aire a telefilm de sobremesa pero la dirección de O. Russell consigue alejarla bastante de este tipo de productos.
Joy se inspira en cientos de mujeres que han luchado por salir adelante frente a las adversidades, pero principalmente se centra en Joy Mangano, la inventora de la fregona asistida (aquella que se escurre sola). Son tantos los problemas a los que se enfrenta esta mujer divorciada, con dos niños, con los padres viviendo en su casa, y el ex en el sótano, que cuando le llega la inspiración, solo lucha por sacarla adelante. El guion puede parecer sencillo y sutil, pero hay varios trasfondos muy interesantes. El más evidente es el televisivo: al principio de la cinta vemos a la madre de Joy viendo culebrones constantemente, y finalmente su hija acaba siendo la reina de la teletienda, que para muchos americanos fue el sustituto a los seriales, otro manera de tener a los americanos enganchados a “la caja tonta”. El guion de la cinta esta plagado de perlas como esta.
David O. Russell vuele ha usar la misma formula de El lado bueno de las cosas. Una primera parte muy acelerada, donde la cámara en mano premia sobre todos los demás elementos cinematográficos, para ponernos en la piel de Joy y su mundo, es decir, su caos familiar. Más adelante, al igual que la vida de Joy parece ir asentándose o tranquilizándose, la cámara de O. Russell parece que comienza a reposar. No resulta sorpréndete su estilo de dirección pero si que es adecuada y correcta.
Joy es sinónimo de un casting perfecto. Lawrence esta en su línea. Es increíble como esta chica de 25 años nos hace creer que tiene alguno más en especial en sus ultimo minutos. Secuencias como la final (un bonito homenaje a El Padrino) así lo demuestran. O. Russell vuelve a contar también con Robert De Niro (El becario) y Bradley Cooper (El francotirador) en papeles algo desagradables. El primero como padre de Joy, un tipo que aprecia a su hija pero no tanto como debería y el segundo como el tiburón empresario que le da la oportunidad a Joy. Ambos están en sus correctos, pues son personajes que tienen su redención y no deben caer mal del todo. Mención especial para Édgar Ramírez (Point Break: Sin limites) e Isabella Rossellini (Enemy). El primero como el ex de Joy y cantante que vive y ensaya en el sótano de esta, y la segunda como la benefactora de Joy. Sin duda dos de los personajes más dantescos de toda la cinta, y que serán difíciles de olvidar.
En resumen, Joy es aparentemente una sencilla cinta de corte casi familiar. Todo funciona perfectamente en Joy. Quizá muchos solo se queden con la historia de una señora que inventó la fregona que se escurre sola y se convirtió en la reina de la teletienda, pero en Joy hay mucho más, pero hay que mirar atentamente.
Lo mejor: Es bonita, es inspiradora, a ratos triste, a ratos alegre… es un sinfín de emociones.
Lo peor: Que al hijo de Joy le vemos siempre durmiendo y no tiene la misma presencia que su hermana.
Puntuación: 9/10