Tengo que reconocer que soy bastante fan del cine europeo que llega a la gran pantalla. Quizás del director que más espero es de Michael Haneke (Amor), ese austriaco perturbado que es capaz de regalarnos cosas como Funny Games o La cinta blanca. Por eso, cuando una película se vende como una cinta que Haneke haría, mis ganas de presenciar esa cinta crecen como la espuma. Pero claro, luego viene la decepción. Y aunque Fuerza mayor es una buena película, sigo creyendo que se le está dando demasiado bombo a una cinta que retrata en gran medida los miedos internos que todos podemos llegar a tener en algún momento, que es perder nuestra vida. También se adentra en las debilidades del matrimonio, algo frágil capaz de romperse en cualquier momento.
Fuerza mayor cuenta la historia de una familia que se va de vacaciones a los alpes franceses para desconectar de todo y pasar unos días esquiando. Pero cuando una avalancha sacude su hotel, también sacudirá sus vidas poniendo a la vista de todos cual es el impulso primero del hombre, la supervivencia por encima del resto. Ruben Östlund (Play) realiza una cinta que muestra perfectamente los miedos que hay dentro de las personas, que salen a relucir cuando están en situaciones límite. Esos miedos son el miedo a perder la vida, luchando primero por la propia supervivencia que por la de los seres que quieres. Y es a partir de ese momento cuando el director realiza una radiografía de las relaciones personales que directamente pueden golpearte en el estomago.
Lejos de los golpes que te realiza Haneke en Amor, por ejemplo, Östlund hace retumbar los cimientos de la relación a través de las inseguridades y de “que harías tu” es una situación parecida. Así, mientras vemos al matrimonio derrumbarse por los miedos y mentiras que sufre cada uno, también presenciamos el desmoronamiento de los amigos que les acompañan. Así, la aparición de una nueva pareja, super enamorada, y que será puesta a prueba a través de esa pregunta ¿Qué haría tu en una situación así? Con ello, el director quiere demostrar que toda relación, por muy asentada que esté, cuando un pilar se tambalea, todo puede venirse abajo. Y así lo hace. Y todo lo vemos y nos damos cuenta cuando escuchas los acordes de Las cuatro estaciones de Vivaldi, que ayuda a ir metiéndose en el malestar de la pareja.
Pero el ritmo de la cinta y la forma en la que los acontecimientos se van desarrollando puede llegar a sacar a más de uno de la película. Fuerza mayor tiene un ritmo pausado, basado en los diálogos y en las situaciones antes mencionadas. Todo el rato es una radiografía de como algo se va deteriorando a medida que la desilusión, la frustación y la decepción van llegando. Tiene como punto a favor unas interpretaciones que están en estado de gracia, todos están involucrados en el proyecto. Ninguno desentona y la aparición de algunos de ellos consigue romper la monotonía del matrimonio protagonista.
Fuerza mayor es una cinta que aspiraba a mucho más pero que le pesa la losa que tiene de que sería una película que a Michael Haneke le gustaría hacer. Haneke te golpea en la sombra, en cambio, Ruben Östlund te golpea mostrándote, algo que ves pero que no te conmueve demasiado. Una cinta pasable, pero poco más.
Lo mejor: Sus interpretaciones y como muestra los miedos.
Lo peor: Que podía haber dado mucho más juego.
Puntuación: 6/10