Vamos a partir de que en la anterior entrega, Fast & Furious 8, un personaje redirigía un torpedo, lanzado por un submarino, con sus propias manos. Vamos a seguir con que en el spin off de esta saga, titulado Fast & Furious: Hobbs & Shaw, dos personajes de este universo se enfrenta a un villano “mejorado” con robótica que parecía “un Superman negro” (en palabras del propio personaje). Ahora llega Fast & Furious 9, donde hay que superar aquello y subir la apuesta. Es decir, la saga ha derivado en despropósito más o menos divertido, pero en este caso la locura se va de madre y no quizá no importe, pero sus tiempos muertos, y cierta estructura repetitiva, convierten a esta nueva entrega en la más floja de la saga. Regresa a la silla de director Justin Lin (Star Trek: Más allá) director de varias entregas de la saga y vuelve a liderar a “La Familia” Vin Diesel (Bloodshot). Se incorpora al elenco John Cena (Bumblebee) como el hermano pequeño de Diesel.
Queriendo emular a grandes secuelas del cine, donde se cuentan los orígenes del personaje principal (El padrino: Parte II) y aquellas donde se hacen grandes revelaciones (Star Wars: El imperio contraataca), Fast & Furious 8 arranca poniendo en imágenes una historia que nos contaron en la primera entrega de la saga, pero añadiendo a un hermano que se omitió en el texto de entonces. Después de eso la trama vuelve a ser la de recuperar un objeto que es muy peligroso para el orden mundial. Y mientras tanto resucitamos personajes que ya estaban muertos y alteramos un poco más la génesis para poder alargar la saga hasta varios títulos más. Y todo esto mientras se insertan una buena ración de flashbacks para justificar los hechos y al hermano desaparecido. El guion es un desastre plagado de muchos “one liner”, chistes trillados(sobre Star Wars), bromas sobre películas que se debían haber estrenado casi al mismo tiempo (Top Gun: Maverick), y publicidad de próximas película del estudio (Los Minios 2). Es verdad, que en estas cintas de acción sin sentido, el guión no solía importar mucho, pero esta vez se nota la ausencia de Chris Morgan (guionista de los mejores capítulos de la franquicia) para poner algo de orden.
La espectacularidad de las escenas de acción es donde reside el mayor interés de este nuevo episodio. Pero una vez más “se han pasado de frenada”, y es que hay algunas escenas donde los personajes parecen superhéroes en CGI, y eso saca bastante de lo que podía haber sido una buena “set piece”. Una vez más las secuencias puramente de carrera de coches son las más agradecidas y entretenidas. De lo de mandar un coche al espacio hablamos otro día, mejor véanlo y juzguen por ustedes mismos.
El reparto de la película una vez más deja el pedigrí actoral en manos de los cameos de Charlize Theron (La vieja guardia), Helen Mirren (La gran mentira) y Kurt Russell (Érase una vez en… Hollywood). El resto del reparto encabezado por Diesel se dedican a poner de cara de oler mal, contar chistes con cara de alucinados, y hacer unos ojos de pucheros que recuerdan al gato con botas de Shrek 2. Nada reseñable.
En resumen, la saga va cuesta abajo y sin frenos. Continúan el arco argumental del film anterior, que ya era flojito. Amenazan con resucitar más personajes que estaban desaparecidos. Y nadie se ha parado a pensar que la esencia de la historia principal se ha perdido y que quizá es mejor volver a los orígenes (se podría usar los villanos de la primera y segunda entrega que aún no están muertos, aunque ¿qué más da?), que seguir intentando convertir a los macarras del barrio en súper agentes sofisticados.
Lo mejor: El origen de Toretto.
Lo peor: El producto se les ha ido demasiado de las manos.
Puntuación: 4/10