Hace algo más de una década Paramount Pictures en su deseo de acumular franquicias compro los derechos de varias novelas de James Patterson, donde el personaje principal era un agente psicólogo del FBI llamado Alex Cross. Este fue interpretado por Morgan Freeman (Sin perdón) en las dos adaptaciones que fueron llevadas a la gran pantalla por dicho estudio: El coleccionista de amantes y La hora de la araña. Ambas funcionaron decentemente en taquilla, pero se quedaron fueran de las expectativas del estudios. Ahora un estudio más pequeñito pretende relanzar dicha franquicia con un actor más joven y, en teoría, muy conocido al otro lado del charco, Tyler Perry (Star Trek (2009)). El resultado es algo aburrido y decepcionante.
Alex Cross es un detective de homicidios que pretende entrar en el FBI, para ello deberá sacrificar todo lo que tiene para enfrentarse al duro caso de un asesino en serie, que esconde algo mas. Así se podría resumir un argumento muy tramposo donde todo se ve venir. Curiosamente En la mente del asesino se nos plantea la génesis de Alex Cross, pero dentro del la bibliografía del personaje esta historia pertenece decimosegundo libro de la saga. No me interpreten mal, pero esta historia queda muy lejos de las planteadas anteriormente y nos presenta a un personaje mucho más insoportable que aquel que conocimos con los rasgos de Morgan Freeman.
Rob Cohen (A todo gas) es el encargado de mover la cámara, y parafraseando al gran Agustín Jiménez en su monologo sobre Clint Eastwood y Los puentes de Madison, “Rob estas flojito en esta”. No es que Rob Cohen fueran un lumbreras, pero en su filmografía tiene películas interesantes y secuencias de acción bien rodadas. Aquí tiene un par de secuencias que funcionan, como la presentación del villano, pero hay otras que se notan las pocas ganas o la poca pasión por el proyecto. También me atrevería a decir que hay algo raro en el montaje, pues hay momentos que la historia no queda muy clara y el devenir de algunos personajes se quedan me meras pinceladas cuando parece que deberían aportar más. En fin, un desastre.
Me parece increíble que aun en nuestro país se venda una película que tiene el titulo del personaje principal con la imagen del villano como reclamo. El titulo original de En la mente del asesino es Alex Cross, que el es el nombre del personaje principal interpretado por Tyler Perry, que aquí es un desconocido, pero en EE.UU. es un fenómeno de masas, es el equivalente masculino a Oprah Winfrey. Tyler Perry tiene su propio estudio e incluso su propia saga de películas con una abuela llamada Madea, que interpreta él mismo, y que allí arrasan durante sus primeros días de exhibición. Si es verdad que Tyler Perry en esta cinta esta bastante mal. No terminamos de creérnoslo pues pasa por muchos estados de animo en pocos momentos y algunos de ellos no reaccionan.
Sin embargo el reclamo en nuestro país es Matthew Fox (Speed Racer), a quien todo el mundo conoce aquí por la serie Perdidos, y seguramente por eso acudirán a ver esta película (no lo creo, pero la distribuidora si). Fox esta interesante, pero no termina de ser creíble, pues hay momentos donde esta demasiado sobreactuado. Que también haya perdido kilos y tenga cara de tío chungo le ayuda, pero aun así le queda mucho camino por recorrer. También se pasea por la cinta el realizador neoyorquino Edward Burns (Salvar al soldado Ryan) que lo único que aporta es su interesante voz, por que el resto es igual que la cinta, bastante insufrible.
En resumen, estamos antes una cinta que pretendía ser el inicio de una nueva franquicia y se ha quedado en una cinta muy olvidable. No funciona ni como película de sobremesa ni como película para ver en casa cuando salga en formato domestico, y es que dura 100 minutos que parecen varias horas.
Lo mejor: Algunas secuencias de acción.
Lo peor: Es aburrida, sin chicha ni limonada.
Puntuación: 2/10
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