Emmanuelle (2024): Ni chicha ni limoná

En los últimos años, por no decir que desde hace ya casi diez años, los remakes se han instaurado como una forma de seguir explotando una franquicia o, en algunos casos, la de dar a conocer a las generaciones actuales películas o mitos que, quizás, nunca verían si no fuera por estos remakes. A mis los remakes, sinceramente, me parecen innecesarios a más no poder ya que demuestran una falta de imaginación en las producciones actuales que dentro de poco hará saltar la alarma. Cuando se anunció que la nueva película de Audrey Diwan iba a ser una revisión de Emmanuelle, aquel clásico erótico de 1974, me imaginaba que la directora de El acontecimiento haría una versión femenina o algo que tuviera un mínimo interés. Pero lo cierto es que Emmanuelle (2024) es una cinta realmente fallida, falta de todo erotismo y que sus casi dos horas se antojan excesivas para lo que quiere contar.

Emmanuelle (2024) quiere, en parte demostrar, que se puede hacer un cine sensual, erótico y sexual sin dejar de lado la historia o a sus personajes. Pero lo cierto es que Audrey Diwan falla por completo. Falla porque la idea que tiene ella de sensualidad falla por completo y la cinta no termina de levantar ninguna emoción en el espectador y todo lo que vemos nos deja una sensación de frialdad, como que todo es impostado y no te crees nada de lo que estás viendo. Esto queda reflejado en la primera secuencia del avión, donde tenemos una escena de sexo y unas miradas de Emmanuelle que nos quieren dejar entrever que la cinta quiere ser una especie de Shame, pero con Emmanuelle como protagonista. Igual que la secuencia dentro de una cabaña donde se nos quiere excitar ante el miedo a ser descubierto, pero donde el resultado es tan distante que no consigue en ningún momento levantar el más mínimo sentimiento en el espectador.

Y no quiero hablar de la bochornosa escena final, más cerca de la escena de Ana de Armas en Mentiras y Gordas que en una película seria. Son cosas que terminan por condenar una cinta que podría haber sido algo más llamativa, algo más interesante. Porque Audrey Diwan tiene calidad para ofrecer una cinta de mayor calado, una cinta de mayor envergadura y demostrar que lo de El acontecimiento no fue suerte. La película tiene parte de Netflix, lo cual empieza a ser demoledor como están contratando a directores que pueden tener una visión particular, pero parece que les obligan a utilizar una gama de colores que ellos exigen o algo, teniendo toda una misma fotografía. O te llamas Zack Snyder o te toca aguantar con los colores muy resaltados. Y los actores tampoco es que consigan convencer demasiado. Noémie Merlant, Will Sharpe, Naomi Watts, etc… todos ellos están planos, sin demasiadas capas que hagan que la cinta entre mejor ante los posibles fallos de guion que pueda tener.

Es una pena que la película de Audrey Diwan se haya quedado en tierra de nadie y que no sepa muy bien por donde quiere ir. Es una película a la que le falta alma, le falta erotismo y le falta garra. Tiene una premisa interesante, pero rápidamente la pierde en pos de querer demostrar lo sexy que es Noémie Merlant y que todos quieren acostarse con ella, pero no profundiza nunca en los temas dramáticos que quiere demostrar.